Siempre son buenas noticias ver series nuevas con personajes lésbicos, sobre todo con personajes lésbicos normales, pero es mejor noticia aún cuando la serie se centra en la vida de una familia homoparental.
The Fosters: Una familia disfuncional
The Fosters arranca con un primer episodio en el que parece que conocemos a todos los personajes relevantes de la serie, empezando por Callie, una chica que acaba de salir de un reformatorio llevándose una paliza de despedida por parte de sus compañeras. Cuando la escena termina vemos a Lena (una de nuestras lesbianas felizmente casada) que, liada por un tal Bill que fue quien les ayudó a adoptar un par de mellizos, acaba conociendo a Callie y decidiendo acogerla temporalmente en su hogar junto al resto de su familia. Todo esto sin consultarlo con nadie, siquiera con su querida esposa Stef. No sé vosotras, pero si yo hiciera algo así creo que dormiría en el sofá durante meses.
Al llegar a casa es donde Callie se da cuenta de que no son la típica familia. Los mellizos, Jesús y Mariana, son aproximadamente de la misma edad que ella y también tenemos a Brandon, el hijo biológico del anterior matrimonio de Stef. Tras conocerlos a todos es cuando Lena y Stef tienen una conversación sobre traer niñas del reformatorio que no acaba con una de ellas durmiendo en el sofá ni con sexo reconciliador (Sorry, ladies) y deciden que puede quedarse hasta que le encuentren un sitio adecuado.
¿Así que sois lesbianas?Allí es donde vamos viendo los pequeños secretos de algunos. Callie se esconde para llamar a un tal Jude de forma desesperada, Mariana roba las pastillas para el tratamiento de Jesús y las vende para conseguir dinero para su madre biológica a pesar de asegurar a sus madres adoptivas que ha cambiado de idea y ya no quiere conocerla, y Brandon a pesar de tener novia formal parece hacerle ojitos tiernos a Callie, y Stef le cuenta a Lena que su nuevo compañero en la policía es un tal Mike que, aunque no nos lo dicen hasta el final, está más claro que el agua que es el ex marido de Stephanie y padre de Brandon.
Lena es directora de un colegio, así que deciden que mientras Callie viva con ellas asistirá a clases junto con sus otros hijos, y allí es donde vemos sus múltiples intentos de escaparse para ir a ver a Jude. Brandon intenta convencerla de que no lo haga hasta que descubre que Jude es el hermano pequeño de Callie, así que el chico decide pasar del concurso de piano del que era finalista y al que va a ir a verle toda su familia, por acompañarla. Durante el trayecto Callie le cuenta a Brandon que estuvo en el reformatorio por destrozar el coche del padre de acogida que tenían ella y su hermano para distraerle y que dejara de pegar al niño, ganándose un poco más el afecto de Brandon y, dicho sea de paso, el nuestro.
Las cosas se complican en cuanto Callie pone un pie en la casa de acogida donde está su hermano, pero las madres de Brandon, que son mujeres de hoy en día, tienen localizadores en todos los móviles por si alguien lo pierde (Ja! Y yo me lo creo…) y son capaces de ver dónde está su hijo exactamente, con lo que se dan cuenta de que si no está en el concurso de piano, es por algo, y deciden ir a por él. Mike, obviamente, se apunta al rescate llegando cuando el padre adoptivo ya tiene una pistola en la mano y Callie está abrazando con fuerza a su hermano frente a la mirada atenta de Stef que, tras ver la escena, decide que no quiere que esos dos niños entren de nuevo en el sistema. Y mientras ahí tenemos un reencuentro feliz, Mariana queda con el corazón destrozado al ver que su madre lo único que quiere es el dinero que le ha prometido.
Y hasta aquí el piloto de la serie.
Lo que me ha gustado del episodio.
Me ha gustado mucho la escena en la que Callie se da cuenta de que son lesbianas y lo dice delante de toda la familia, a lo que Jesús le indica que “Ellas prefieren el termino ‘personas’, pero sí, son gays.” Simple, directo y correcto, sin más vueltas y sin dramas, que ya hace años que hemos dejado de quemar brujas.
También creo que ha sido muy bueno el reencuentro Lena-Mike, con esa tensión en el ambiente que no podría ser cortada siquiera con una katana del maestro Hattori Hanzo. Realmente espero no verme nunca en una situación así.
La feminista que hay en mí está ofendida, pero como su mujer… Gracias.La canción que Brandon le toca a Callie al piano junto con su explicación de que cada acorde es un miembro de la familia y que suenan mejor cuando están todos juntos.
El hecho de que no haya personajes súper sexys e irreales porque me ayuda a creerme que de verdad hay familias como esa.
Lo que no me ha gustado del episodio.
Falta acción rollo-bollo. O sea, se van a la cama juntas pero no vemos más que un casto beso en el frente y, cuando se ven ambas por primera vez, un suave beso en los labios. Vale que no pido una escena de sexo tórrido en cada episodio, vale que era el piloto y había que meter mucha cosa, pero creo que faltó un beso con algo más de pasión para acabar de engancharnos.
Que todo sucede demasiado rápido. De nuevo vuelvo a que es el episodio piloto y suelen hacerlo mucho, pero yo siempre me quejaré de la velocidad de sucesos en el piloto de todas las series.
Previsible. No sé si es mi mente de fanficker o qué, pero me vi venir todos los secretos del episodio menos que Jude era hermano de Callie. Y este punto puede incrementarse mucho si acaban liando a Callie con Brandon.
Que no haya personajes súper sexys. Sí, sé que eso lo he puesto en cosas que me han gustado. Pero me han gustado como mujer feminista que no quiere que todo esté ligado al físico. Como mujer a la que le gustan las mujeres, pues me ha dado rabia. Que no digo que sean feas, pero que ninguna es nuestra amada Anna Simon o Jennifer Lawrence.
Y ahora sí, hasta aquí el primer recap de The Fosters. Sé que ha sido larguito, pero creo que el primero requiere una explicación algo más larga para meternos en faena. Supongo que nos leemos la semana que viene, rezad conmigo por un poco de acción rollo-bollo para el próximo episodio y todas sonreiremos más.