Antes de nada deciros que cada vez me gusta más la familia que esta serie ha creado. Me han robado el corazoncito y sé que, si le dais una oportunidad, os lo robará a vosotras también.
Lo primero que vemos en este segundo episodio es que, a pesar del desastre que hizo Brandon la semana pasada al irse a ayudar a Callie con su hermano, deciden no castigarle porque creen que ha aprendido la lección, también vuelven a hablar del famoso Bill, preocupando a Callie, pero nuestro matrimonio favorito le prometen que no le dejarán que los separen de nuevo ganándose más premios a las mejores personas EVER.
Una rápida mención a que ahora ya tenemos un opening y a que, aunque es sencillo, creo que han sabido captar perfectamente la esencia de la serie.
Lena y Steph tienen una charla antes de que Bill aparezca puesto que, de pronto, Lena se ha dado cuenta de que está casada con una policía y que eso conlleva ciertos riesgos para su integridad física, pero tras un rato hablando vemos que el problema básico es que Lena ha asociado el hecho de ver a Steph sacando un arma con Callie y, al parecer, ya no está tan convencida de tenerlos en casa, pero tras una charla con Bill en la que les cuenta que los chicos se criaron sin padre, que la madre murió, y que jamás han estado en un hogar de acogida por más de seis meses, de nuevo acepta tenerles en casa.
No dejaré que os separen nunca más, lo prometo.La novia de Brandon vuelve a aparecer, celosa (aunque lo niegue) de Callie y deseando que la echen de vuelta al sistema y salga de la vida de los Fosters, cosa que personalmente me hace odiarla bastante, aunque claro está que ella simplemente se ha dado cuenta del feeling que hay entre Callie y Brandon y está intentando que no la dejen a un lado. Lógico, sí; pero me sigue cayendo mal. Sobre todo cuando se acerca a ella, vete tú a saber con qué intenciones, haciéndose pasar por su amiga cuando todos sabemos que en verdad quieres hundirla.
En el instituto un profesor encuentra un papel donde pone algo sobre unas pastillas y es ahí donde empiezan los problemas para Mariana que, si recordamos la semana pasada, estaba vendido las pastillas para la hiperactividad de su hermano en el instituto, y empieza la revisión de taquillas. Mariana se libra por los pelos y Jesús, que parece tener más cabeza que ella, le echa la bronca, y digo que parece porque poco después veremos que, al no tomar su medicación, acaba metiéndose en una pelea por espantarle un moscón a una chica. Pero librarse es algo temporal cuando una de tus madres es la directora del instituto y no tarda en pillar a una alumna esnifando en el baño. La chica, amiga de Mariana y conocedora de que Callie ha estado en un reformatorio, nombra a la pobre Callie como quien le ha vendido las drogas. Obviamente, con los antepasados de la chica, Steph y Lena no dudan de que ha sido ella y se lo preguntan, ella niega, pero no la creen. Y de no ser por el bueno de Jesús que le recuerda a su hermana lo mal que está dejar que otro cargue con lo que tú has hecho y que finge tomarse las pastillas para que sus madres no se den cuenta de que se la acaban antes de lo previsto, no sabemos que habría ocurrido. Pero la convence para confesar y, justo cuando va a hacerlo, es Jesús quien dice que fue él. No me digáis que no le adoráis porque sé que es mentira.
Vuelta al trabajo de Steph que empieza como compañera de Mike. Todo muy cómodo cuando se ponen a hablar sobre lo que hizo Brandon y el no-castigo. Obviamente, Mike no está contento con la resolución a la que ellas han llegado y, como padre del chico, quiere que reciba el castigo que cree que merece, lo que nos lleva a una discusión entre los tres de la que Lena no sale muy bien parada cuando Steph se pone del lado de Mike. Aquí, ladies, aprendemos una gran lección: NUNCA te pongas del lado de tu ex cuando es el contrario del de tu pareja. Lena no tarda mucho en decirle a Steph esto mismo que os acabo de decir yo mientras que Brandon le dice a su padre que una llamada de cinco minutos cada dos días no le convierte en un padre. ¡Ouch!
Y entonces llega una de las escenas más bonitas de este episodio, protagonizada por Lena y Jude. Os dejo los gifs porque vale la pena.
Entonces, ¿Stef y tú estáis casadas? Bueno, no exactamente. No legalmente, no. Nosotras estamos casadas en nuestros corazones, supongo. Eso es básicamente lo mismo, ¿verdad?(Ahora, ladies, todas: Awwwwwwww….)
Básicamente, sí. Sí.Claro y sencillo. Perfecto.
Tras esta escena vemos como reparten a los recién llegados en la casa, haciendo que Jesús y Jude compartan habitación, y Mariana y Callie, lo mismo. La única que pone mala cara ante la situación es Mariana, que decide quejarse abiertamente con el resto de sus hermanos mientras Callie y Jude son adorables en su última noche en el salón.
Finalmente vemos a un Mike arrepentido de no estar más por su único hijo y dispuesto a ser algo más que el padre que llama cada dos días. A Callie y Jude instalados en sus habitaciones, a Mariana y Jesús aceptando lo que se les viene encima sin más dramas, a Steph y Lena durmiendo agarradas de la mano y a Brandon y Callie tocando juntos mientras la novia de Brandon ha sido plantada por el chico.
Lo que me ha gustado del episodio:
La escena de Jude y Lena. Creo que han sabido captar la realidad de muchas familias homoparentales que no pueden ser legales sin dramas, con ternura y con una sencillez pasmosa.
Todo lo referente al robo de las pastillas de Jesús y sus reacciones; que Callie no acuse a Mariana a pesar de saber que fue ella, el cargo de conciencia de Mariana que vemos que decide confesar, que su hermano cargue con el marrón porque la adora y sabe que el castigo le quitará algo que ella desea mucho y que a él no le importa estar castigado por ella. No sé; adorables todos.
Las escenas con Lena, Steph y Mike. Creo que una situación como esa debe ser muy tensa para ellos siempre y me gusta como lo están llevando; con peleas y argumentos reales, aunque luego todo se arregle porque son gente que, básicamente, son buenas personas.
Y que Callie y Jude se queden con ellos. Obviamente no creo ni de coña que acaben siendo adoptados por nadie más que por ellas, y eso vuelve a hacer la serie previsible, pero me da igual.
Las peleas que han surgido en la serie entre varios miembros de la familia. No son una familia perfecta; pelean como todas las familias, tienen sus dramas, sus gritos, sus berrinches y sus miedos. Me gusta su realismo.
Lo que no me ha gustado del episodio:
La novia celosa de Brandon. Ok que tiene motivos para estar celosa, que se nota a leguas que hay química, pero me sigue cayendo mal la chica, ¿qué quieres que te diga?
La amiga de Mariana que acusó a Callie de vender las pastillas. Obviamente lo hizo por no delatar a su amiga y porque estaba entre la espada y la pared, pero ir a por alguien sólo porque sabes que ha estado en un reformatorio me parece despreciable. Siempre he odiado a los chivatos.