Hoy abrimos esta sección básicamente para fangirlear sobre algunas de esas famosas que son amigas sin derecho a roce, pero que, a nuestro juicio, deberían tenerlo (y pronto). Y lo hacemos con una de las amistades femeninas más sonadas de los últimos años, porque ellas marcaron escuela: Blake Lively y Leighton Meester.
Las conoces de sobra, son dos actrices de Gossip Girl que se hicieron tan amigas dentro y fuera de la pantalla que cuando nos quisimos dar cuenta había nacido el “Bleighton” y, oh… cómo nos torturaron con ello. Sufrimos como Precious por culpa de esta pareja. No. ¡Sufrimos más que Precious!
Si tuviéramos que poner una fecha al momento en el que el mundo quedó definitivamente prendado del Bleighton tendríamos que remontarnos a una sesión realizada por la revista Rolling Stone en la que las actrices nos regalaron unas fotografías que quedarán grabadas en nuestra retina para siempre:
Y es que el Bleighton fue concebido para que todos pecáramos con los ojos. Esa es su verdadera naturaleza. Da igual si no eres una pervertida (nosotras ya lo somos por todas vosotras). O que no te guste Gossip Girl. O que no vaya contigo eso de encontrar subtexto lésbico hasta debajo de las piedras. En serio, da igual. El Bleighton desafiará océanos y montañas hasta conseguir que te sumes a esta particular religión y creas que hay algo más entre ellas. Y lo hará con fotos como esta:
Su química era tan fuerte que muy pronto empezó a trascender a los episodios de Gossip Girl, y los fans ya estaban al quite, intentando capturar los mejores momentos Bleighton de la serie:
Por supuesto, los publicistas se aprovecharon del tirón que tenía la fantasía de que las dos actrices estuvieran juntas, y como tú de tonta no tienes un pelo, seguro que pensaste eso de “son actrices; obviamente, lo que quieren es calentar al personal”. Y sí, es un pensamiento muy lógico, pero también un gran error, porque al final resultó que Blake y Leighton eran tan amigas en la vida real que no solo tenían química cuando las cámaras estaban delante.
Los acérrimos del Leighton pueden corroborar que los mejores momentos entre ellas surgieron de la espontaneidad, cuando pensaban que nadie las observaba, como demuestran estas fotos:
Y así…