Laura y Sofía, una pareja de amigas, deciden pasar una vacaciones en el desierto de Atacama, Chile. Lo que debían ser unos días de retiro y reposo cambian completamente de cariz cuando entre las dos surge algo más. El despertar del día siguiente es justo lo que nos narra Dos miradas, película que sucede a lo largo de un día, el día que lo cambió todo.
A veces, buceando por las redes y yendo de link en link, te encuentras con cosas como Dos miradas: películas desconocidas, por una causa u otra, que vistas con la perspectiva adecuada, se disfrutan tanto o más que otras más publicitadas o con más medios. Pese a haber recibido premios tan prestigiosos como el de Mejor Película en el New York Independent Film & Video Festival, poco se habla de esta historia entre dos mujeres, que gracias al esfuerzo de la PLAT está disponible online, entera y gratis.
La película es, como poco, sugerente. Una mujer se despierta y, poco a poco, va recomponiendo los pedazos de la noche anterior, en la que todo parece indicar que se acostó con su amiga. Miles de preguntas se atropellan en su mente, y por más que intenta mantener la normalidad ante ella, todo termina explotando. La película va desvelando sus secretos poco a poco, dándonos la información justa y necesaria, mediante los escasísimos diálogos. El resto se forja en nuestra mente, haciendo que cada visionado sea particular. Mención aparte merecen los escenarios, que se alzan como un personaje más de la narración.
Escapar es imposible en Dos miradas. No es posible huir del escenario, ni es posible alejarse de los hechos. Y cuando no se puede echar a correr, ni real ni figuradamente, ¿Qué queda sino enfrentarnos a la realidad?