Hay una máxima que reza “Si es sueco, es molón”. Y no podíamos estar más de acuerdo. Suecia es un país guay, cuna de Ikea, de Abba, y de, como su propio nombre indica, Cristina de Suecia, la reina croqueta. Durante el siglo XVII, los países bálticos se vieron envueltos en la Guerra de los treinta años, y una Cristina adolescente, que todavía no había sido coronada, tuvo que conducir al país por momentos difíciles. También se encargó de modernizar al país tras la firma del tratado de paz.
El caso es que la reina se enfrentó al Consejo del Reino varias veces por causa de su matrimonio: Ella no se quería casar. ¿Por qué? Pues porque era lesbiana. El intercambio de ardientes cartas con la condesa Ebbe Sparre termina de confirmarlo. La gran Greta Garbo llevó a la pantalla la vida de esta reina, fascinante donde las haya. Y ahora, ochenta y dos años después, se estrena una nueva producción sueca sobre el mito.
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The girl king, a diferencia de la película anteriormente mencionada, hace más inciso y es más explícita a la hora de mostrar en pantalla la orientación sexual de la reina. Greta Garbo daba un beso sutil a otra chica. A Malin Buska, protagonista de The girl king la vemos en la cama muy bien acompañada. ¿Es esto necesariamente mejor? No, pero nos da una alegría visual, que nunca está de más. La película se estrenó la semana pasada en Suecia, pero vamos a poder disfrutarla proximamente en el resto del mundo en VOD gracias a Wolfe, esa plataforma multimedia que si fuera una persona le colmaríamos a besos.