¿Os acordáis cuando Seis hermanas era una serie ligera para las tardes? Pues eso terminó hace mucho, y ahora mismo la trama que envuelve a Celia Silva es un dramón que ríete tú de La decisión de Sophie. La última vez que hablamos de la serie os contábamos que Celia había besado a Petra, y que pese a que ésta última se había mostrado algo comprensiva, a Miguel no le había sentado nada bien, y había ido a casa de las Silva a gritar improperios.
El caso es que el rumor de que Celia está enferma (ay) se ha ido difundiendo, ha llegado a oídos de gente que la familia conoce, y tras muchas charlas e incluso un intento de suicidio (¿veis? drama al cubo), Celia se ha puesto en manos de un especialista, en una última intentona de curar su atracción por las mujeres.
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La psiquiatría estaba en pañales en esa época, y se ve fielmente reflejado en la serie, achacando “el problema” de Celia a los libros que lee, e intentando modificar la conducta a base del terrible electroshock. Pero, afortunadamente, la historia está dando un giro que no esperábamos, y que nos está devolviendo el optimismo en que todo termine bien. O, al menos, no tan mal como nos temíamos.
Resulta que la enfermera del doctor, Aurora, se ha desvelado como un apoyo fundamental para nuestra protagonista: Ella ha pasado por la misma situación.
No sé si puedo ayudarla, creo que sí, pero de lo que estoy segura es de que nadie la entiende mejor que yo. Yo he pasado por lo mismo que usted, por la misma terapia, el mismo sufrimiento.
A Celia se le abre un mundo, y le pregunta si consiguió curarse, a lo que Aurora responde con seguridad.
No, porque yo no estoy enferma, y usted tampoco lo está. Nos gustan las mujeres, sí, pero eso no significa que estemos enfermas
Y le da la clave que estaba esperando para poder llevar una vida normal: El disimulo. Tiene que disimular, tiene que hacer ver que la terapia ha funcionado y que se siente atraída por los hombres. Ella le proporcionará una tapadera para que pueda salir del hospital, un novio falso, y a partir de ahí, su vida será otra.
Aurora es una rara avis dentro de la época. Tiene las ideas muy claras sobre el papel que la sociedad ha reservado a las mujeres, y su sistema para burlar las convenciones es una hábil técnica de supervivencia en un tiempo en el que poco más se puede hacer. El plan funciona, el doctor se traga el teatrillo, y parece que este es el inicio de una bonita… ¿amistad?
Para Celia, descubrir que hay más mujeres allá afuera que sienten como ella es un giro de 180 grados en sus planes vitales. Y para nosotras, como espectadoras, abre la puerta para que, quizá, podamos disfrutar de una historia de amor en pantalla, de esas que hacen tantísimo que no vemos cocinar a fuego lento en canales españoles. Cruzamos los dedos por ello.
Gracias a YellowBeetle por los videos.