La semana pasada, Georgia Carter, una mujer transgénero, fue a una entrevista por una oferta de trabajo en una de las franquicias de la compañía de comida rápida KFC en Richmond (Virginia). Pero cuando el gerente del local le llamó una hora después del encuentro, Carter se quedó perpleja: “Él estaba como ‘Mi supervisor y yo tenemos un problema porque en su licencia pone “hombre”, pero usted es’…”, a lo que Carter contestó: “Soy transgénero”.
El gerente del local de KFC rescindió el contrato con Carter porque su supervisor y él no sabían qué cuarto de baño debería usar la mujer si la contrataban. Violando de principio a fin la política de no discriminación de la compañía, la respuesta de KFC no se hizo esperar: vía Twitter, la empresa de comida rápida anunciaba que el gerente de la franquicia de Richmond había sido despedido y que Georgia Carter había recibido una nueva oferta para trabajar en cualquiera de los otros locales de KFC de la ciudad.
@elielcruz KFC will not tolerate discrimination. The franchisee terminated this manager & Ms Carter was offered a job at any Richmond KFC
— KFC (@kfc) March 1, 2016
KFC es claro en su política de no discriminación: entre otros sectores de la sociedad, el grupo Yum (matriz que controla KFC, Pizza Hut o Taco Bell, entre otras cadenas de comida rápida) garantiza oportunidades laborales a los profesionales LGBT. La compañía incluso recibió en 2014 la calificación de “verde” en el Índice de Igualdad Corporativa, una encuesta llevada a cabo por Human Rights Campaign que reconoce a las empresas que garantizan igualdad a los miembros de la comunidad LGBT. Un punto a favor a KFC por despedir al gerente del local de Richmond, y por garantizar a Georgia Carter un puesto de trabajo en sus franquicias como a cualquier otro miembro de la sociedad. Y recordemos que KFC es una compañía que, por otra parte, ya hizo en 2012 una campaña publicitaria gayfriendly.
Vía: Time