Hoy en día, aunque todavía con menos de la que nos gustaría, el colectivo lésbico contamos con cierta representación en el mundo del cine español. Internacionalmente, en los últimos tiempos se está produciendo el auge de las películas de esta temática, especialmente este año, con superproducciones de importante reparto como Carol y Freeheld. A nivel nacional, encontramos la laureada 80 egunean en el 2010, o la comedia De chica en chica del año pasado, como las películas lésbicas más exitosas y destacadas últimamente.
Por tanto, se puede decir que llevamos tiempo pudiendo ver, mejor o peor, con más o menos calidad, historias de amor homosexual, y específicamente lésbico, en el mundo del cine español. Ya sea en forma de gran estreno como en los últimos tiempos, o en forma de película indie que tenías que buscar y rebuscar por Internet para encontrar una versión que se viera mínimamente bien.
Sin embargo, no hace tantos años que la homosexualidad era un tema absolutamente tabú en la sociedad española, y, como consecuencia, en el cine. Durante la dictadura ser homosexual estaba profundamente prohibido. Las personas del colectivo debían reunirse en bares clandestinos y la censura evitaba que en el mundo del arte hubiera un atisbo de nada que pudiera relacionarse con la homosexualidad, incluido el cine.
Hubo muy pocas películas en la etapa de la dictadura que “burlaron” la censura en este sentido. Diferente, dirigida por Luís María Delgado en 1961, fue una de ellas, y se trata de un drama musical en el que una familia intenta redirigir la vida de su hijo promisco y homosexual. En cierto momento del largometraje se observa cómo el protagonista flirtea con un obrero. Ésta fue la primera película de temática homosexual en España.
Pero si hablamos específicamente de representación lésbica en el cine, no encontramos absolutamente nada hasta los años 70. En especial el 1971, cuando se estrenaba Las Vampiras (Vampyros Lesbos como título original), una película dirigida por Jesús Franco que triunfó en otros países como Estados Unidos y Japón y que hoy día se considera película de culto, pero que en España, a causa de la censura, fue recortada en muchísimas escenas consideradas “impuras”. Esto hizo que gran parte de la película careciera de sentido y no tuviera éxito en nuestro país. La película se trata de un fantaterror erótico, en el que Linda, tras ser mordida por la Condesa Drácula, se siente irreprimiblemente atraída por ella…
El propio director ha realizado años después diferentes remakes de la película, aunque ninguno con tanto éxito como su opera prima. De hecho, hace pocos años que la versión de 1971 fue estrenada en DVD en países como Japón o Estados Unidos, resultando un rotundo éxito en ventas.
Al año siguiente de Las Vampiras, se estrenó Mi querida señorita, de Jaime de Armiñán, que se convirtió en la primera película española que habla, aunque no directamente, sobre la ser trans. Adela, la protagonista, vive muy atormentada a causa de su aspecto físico y sus sentimientos contradictorios. Ningún hombre quiere casarse con ella y vive tristemente en su aldea. Hasta que un día acude al médico y descubre que, en realidad, Adela no es Adela sino Juan.
Hasta entonces las películas que trataban la homosexualidad eran muy pocas y, como se ha podido ver en las anteriores, la cuestión era tratada como algo fuera de la norma, raro e incluso clandestino. El gay era el promiscuo al que tenían que dirigir, el transexual un marginado social, y las lesbianas lo eran por vicio o enfermedad.
Con el fin del franquismo y la llegada de la transición, sin embargo, la censura empezó a hacerse más permisiva y dio paso a la libre producción de films con personajes homosexuales o de temática abiertamente LGTB.
Desde entonces y hasta ahora, ha habido muchísimas películas de temática en nuestro país. Especialmente de la mano del siempre exitoso Pedro Almodóvar, que en la práctica totalidad de sus obras ha echado una mano a la representación del colectivo.
Sin embargo, cuesta encontrar aquéllas que centran su trama en ello, ya que mayoritariamente hablamos de largometrajes que incorporan algún que otro personaje o trama homosexual secundaria. Por ello está claro que todavía queda mucho por hacer en cuanto a la representación lésbica en el cine de nuestro país. No obstante, es importante conocer los orígenes y las enormes dificultades que existieron en tiempos pasados para valorar un poco más toda representación que emerge en la actualidad.