Si hay un escritor cuyo trabajo ha sido objeto de innumerables interpretaciones y reinterpretaciones, ese es William Shakespeare. A sus obras le han puesto banda sonora rock y dado un lavado de imagen kitsch, como en el Romeo y Julieta de Baz Luhrmann, también han utilizado sus obras como metáfora de la actualidad, como la tan polémica Julio César, hecho películas ganadoras de Óscars, como Shakespeare in Love y por qué no, croquetizar a la pareja de adolescentes veroneses más famosa del mundo.
Eso es lo que ha hecho Whit Hertford, que ha cogido Romeo y Julieta, lo ha modificado un poquito por allí, otro poquito por allá, cambiado esto y lo otro y le ha salido Høüses. Una historia, según sus palabras, de “pasión, sexo, violencia y drogas”, de “dos personas que toman unas cuantas decisiones impulsivas durante el curso de una noche”. Esas dos personas son Romeo y Julieta, por si había alguna despistada que necesitase aclaración. La primera, parte de la familia liberal de los Montesco, y la segunda de los conservadores Caputelo. Familias rivales que no se pueden ver ni en pintura porque mantienen posturas políticas enfrentadas e irreconciliables.
Será en Salt Lake City, Utah, donde podrán ver, por lo menos en un primer momento, esta versión modernizada del clásico de Shakespeare, que cuenta con una puesta en escena más cercana en ocasiones a una rave que a la Inlgaterra isabelina. Las funciones comenzarán todas a última hora de la tarde para que sea completamente de noche cuando sea el momento de recrear la trágica escena final y aumentar así el impacto sobre los espectadores.