OT está dando mucho que hablar, y casi todo para bien. Podríamos estar horas comentando lo acertado del casting, de cómo todos son personas que saben de música, con sensibilidades únicas, y con amor, mucho amor, por lo que hacen. De cómo han formado equipo, se alegran de las alegrías de las demás, y se emocionan en conjunto. De cómo el concepto reality, tan horriblemente devaluado en los últimos tiempos, ha recobrado brillo. De cómo esto ha supuesto para los nostálgicos como yo una segunda adolescencia, y qué adolescencia. Y, por supuesto, de todos los ships que los fans han montado en sus cabezas, que incluyen parejas de chicos y de chicas, enseñándonos que los millenials estamos mejorando el mundo con pasitos pequeños. Pero ayer, sobre las once de la noche, se produjo un momento concreto, único, que pasará a la historia de la televisión de nuestro país, y tiene dos protagonistas: Marina y Bastian.
En este mes que hemos tenido el placer de seguir el día a día de los concursantes, habíamos oído en multitud de ocasiones cómo Marina, que se definía como pansexual, hablaba sin cesar de su novio. Justo como el resto de concursantes, que echan mucho de menos a sus parejas. Pero da la casualidad de que Bastian, el novio de Marina, es un chico trans. Y esto, amigas mías, ha dado lugar a unas conversaciones interesantísimas sobre identidad de género y orientación sexual dentro de la Academia, ante los ojos de miles de espectadores que siguen religiosamente el directo.
Ayer Marina tenía la malísima suerte de estar nominada para la expulsión, y tras su (magnífica: qué pasada) actuación, su madre y su novio fueron a darle ánimos, como han hecho todos los familiares hasta ahora. Y esto fue lo que pasó.
El momentazo de la quinta gala de 'Operación Triunfo'
¿Cuando habíamos visto a un hombre trans y a su novia pansexual darse un beso en directo en prime time en la televisión pública, frente a dos millones de personas, muchas de ellas mayores, y que jamás se han relacionado con personas LGBT? Ya os lo digo yo: nunca. La labor en cuestiones de visibilidad que hizo el beso de Marina y Bastián ayer ha sido más impactante (y más bonita) que cualquier otra campaña que nos dediquemos a hacer desde cualquier otra parte. Este beso ha ilustrado las noticias sobre la gala de ayer, ha sido comentado en Twiteer, en medios, y en la calle. Y no podemos estar más contentas. Nos hubiera gustado que Marina se hubiera quedado dentro de la Academia, pero como dicen siempre, esto es un concurso y todos los lunes iremos despidiendo a cada uno de ellos. Pero la huella que ha dejado no se va a borrar con facilidad.