InicioActualidad#SeñorasQueSeEmpotraronHaceMucho: hablamos con Cristina Domenech

#SeñorasQueSeEmpotraronHaceMucho: hablamos con Cristina Domenech

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Cristina Domenech (@firecrackerx) es la mujer detrás de los mejores hilos de Twitter de los últimos tiempos, aquellos dedicados a mujeres lesbianas y bisexuales del pasado que están despertando un interés en estos personajes como nunca habíamos visto. Con mimo, con dedicación, y con muchas horas de estudio detrás, Cristina divulga historias que, hasta ahora, habían pasado desapercibidas para muchas, y que nos ayudan a encuadrar tanto el periodo histórico como a conocer estas biografías de mujeres verdaderamente fascinantes. Hemos charlado con ella sobre este proyecto, y sobre otras cosas más.

¿De dónde viene esta pasión por señoras que se empotraban, y, claro, por qué has decidido que Twitter sea un lugar mejor contando sus hazañas?

Que yo recuerde, la pasión siempre ha estado ahí. Salí del armario muy, muy joven, y durante muchos años no tuve referentes claros con los que identificarme, así que los buscaba en la historia y la literatura. Lo primero que leí que me llamó fue una novela de Virginia Woolf, Orlando, y a partir de ahí todo fue ir tirando de nombres y bibliografías.
En cuanto a lo de Twitter, ojalá pudiese decir que esto es fruto de un proyecto muy bien pensado, pero la verdad es que todavía no sé muy bien cómo ha pasado. Un día hice un hilo para contarles a unas amigas un caso curioso de lesbianas, juicios y biblias en 1811, y en menos de una semana tenía diez mil seguidores pidiendo más. Como digo en los hilos, una movida fuerte.

¿Qué fuentes utilizas para documentar las vidas de estas señoras?

Libros, artículos, biografías o documentales cuando la señora en cuestión es lo suficientemente conocida… La verdad es que los años que he estado afiliada a una universidad (haciendo la carrera, el máster y ahora la tesis) puedo decir que he explotado al máximo los recursos que he tenido a mano. Cuando tenía un rato libre investigaba por mi cuenta en la biblioteca, en la hemeroteca y en los archivos digitales a los que tenía acceso. No puedo decir que fuera trabajo, porque me lo paso muy bien investigando estas cosas.

Con tus hilos ya nos ha quedado claro que era inconcebible que dos señoras se comiesen la cara. (No solo en la época victoriana; el nazismo no contemplaba el lesbianismo como un delito, por ejemplo). ¿Nos puedes hablar más de esto, de cómo la existencia de las mujeres lesbianas ha estado bastante invisibilizada a lo largo de la historia?

Bueno, la cosa ha cambiado mucho. Hemos pasado por épocas de criminalización, por épocas de invisibilidad absoluta y por épocas de relativa aceptación, y eso sólo hablando de la cultura occidental y europea, que es de la que más he leído. Imagina si lo consideramos a nivel global y a través de un número grande de siglos. Igual que conozco historias de señoras que se libraron de denuncias por alegar que eran “muy amigas” y coló maravillosamente, también hay historias de mujeres que fueron encarceladas e incluso ejecutadas. La invisibilidad que nos llega desde el siglo XX, eso sí, es una herencia directa de la era Victoriana y sus conceptos de la amistad romántica y del deseo sexual de las mujeres en general.

Y, hablando de historia. ¿Crees que con un poco de esfuerzo e investigación se pueden encontrar más casos documentados?

¡Estoy convencida! Hasta bien entrados los ochenta no tuvimos constancia de los diarios de Anne Lister, uno de los testimonios más importantes sobre historia lesbiana, si no el más importante, que tenemos a día de hoy. Y estaba en un archivo, esperando a que alguien lo sacara a la luz. En 2015 se descubrieron en otro archivo casi treinta poemas y documentos inéditos de Katherine Mansfield, una escritora bisexual de principios del siglo XX, bastante famosa. Si cosas así pueden quedarse en archivos cogiendo polvo, seguro que hay oro por descubrir donde menos lo esperamos.

 

¿Académicamente hay predisposición para visibilizar a señoras que se comieron la cara y descubrir o investigar más diarios o cositas?

La verdad es que si hay un sitio maravilloso para esta clase de cosas, es en el mundo académico. Aunque el número de gente que se especializa en esto sea relativamente bajo, es un campo tan válido y reconocido como los demás en las Letras, que ya es mucho más de lo que se le da a los temas LGBTQ en muchos otros ámbitos. Así que en general diría que la predisposición existe, pero que andamos un poco cortos de personal.

 

Háblanos un poco de las mujeres que ya has “hilado”, y de las que quedan por venir. Con todo el hype que hay alrededor de estas historias, ¿estás investigando ya más señoras empotradoras para cuando la lista se te acabe?

Pues las primeras fueron dos señoras escocesas directoras de una academia para jovencitas a las que denunciaron por su relación supuestamente sexual y lésbica (bueno, por su relación supuestamente sexual y lésbica que mantenían en la misma habitación en la que dormían algunas alumnas). Es una historia que me encanta porque se ve claramente que estas señoras el tema del sexo lo llevaban bien y al día, pero el tribunal se resistía a creer que pudiera ser cierto.

Luego hablé de las Damas de Llangollen, que fueron famosísimas en su tiempo por vivir juntas más de cincuenta años “en perfecta virtud y pureza”, hasta el punto de que el rey Jorge III les concedió una pensión vitalicia. Ojalá yo.

Damas de Llangollen

Después hice dos hilos (demasiada movida para uno solo) sobre Anne Lister, una señora que vivió a principios del siglo XIX y que nos dejó más de cuatro millones de palabras en forma de diarios perfectamente honestos y descarados sobre sus conquistas sexuales entre las damas del lugar. Bueno, las del lugar y las de todos los sitios a los que viajaba.

El último ha sido sobre la legendaria Mademoiselle de Maupin, porque quería alejarme un poco de finales del siglo XVIII y principios del XIX, y de las Islas Británicas. La Maupin fue una celebridad en la Francia del siglo XVII por sus papeles en la ópera, por su talento para batirse en duelo (cosa que hacía bastante a menudo) y por seducir a señores y señoras por igual.

Aún quedan muchas en mi lista, así que de momento no busco más. En cuanto a las que quedan por venir… Vamos a mantener el misterio, aunque ya he confirmado algunas, como Virginia Woolf, Vita Sackville-West, Violet Trefusis y Sor Juana Inés de la Cruz.

 

Te centras, sobre todo, en el siglo XVIII. ¿Contarás anécdotas de otros siglos?

¡Sí! La mayoría de las historias que conozco pasan entre el siglo XVIII y los principios del XX, pero espero ir más atrás de vez en cuando. Ha dado la casualidad de que las primeras que he contado han sido todas de décadas cercanas, pero ya me he ido al XVII en el último hilo, con Mademoiselle de Maupin, y el hilo que tengo planteado para esta semana transcurre en el siglo XX.

 

Me gustaría que me hablaras un poco de si crees que, a veces, arrojamos una visión contemporánea sobre el pasado, y si crees posible que esas señoras no fueran lesbianas o bisexuales, y sus relaciones con otras mujeres fueran ‘inocentes’. No sé si esto tiene sentido para ti.

Absolutamente. Creo que el tema de cómo “contaminamos” épocas pasadas cuando las interpretamos desde la nuestra es a la vez una de las cosas más peligrosas y más interesantes que tiene la historia. Por un lado siempre tenemos que pensar que, como dice Lowenthal, el pasado es un país extraño, tiene sus reglas y sus costumbres que nos pueden parecer totalmente improbables. Hay un riesgo real en interpretar como lésbicas relaciones de ciertas épocas y más teniendo en cuenta que durante muchos años se pusieron de moda las “amistades románticas” entre mujeres, que es un concepto que hoy en día no manejamos. Por otro lado creo que hay muy pocas cosas que sean iguales ahora que hace doscientos años, incluyendo las relaciones heterosexuales, así que si existe una historia entre mujeres que se pueda usar como referente hoy para la comunidad LGBTQ, estoy plenamente a favor de darla a conocer.

¿Tienes alguna señora (victoriana y empotradora) predilecta?

Bueno, Anne Lister sólo tocó la era Victoriana en sus últimos años, pero tiene que ser ella. Una mujer que nos ha dejado un diario de cuatro millones de palabras contando que iba a la iglesia a buscar ligues potenciales, cómo se organizó una boda lesbiana en el siglo XIX y contabilizando los orgasmos que tenían ella y sus parejas… Es que si escojo otra, deshonra sobre mi vaca.

¿Nos recomiendas alguna película basada en este asunto?

Pues así sin pensar mucho se me ocurren las adaptaciones de las novelas de Sarah Waters, aunque los libros son muy superiores (estoy obligada a decirlo como estudiante de literatura), Tipping the Velvet, Fingersmith y Affinity. También hay una película sobre los diarios de Anne Lister, The Secret Diaries of Miss Anne Lister, y hay una mini-serie de su vida en camino. Y aunque sea más conocida y de una época más cercana, no puedo dejar de recomendar Carol, que es un retrato maravilloso del silencio y el secretismo  que conllevaba ser lesbiana a mediados del siglo XX.

También hemos curioseado que te han hecho propuestas editoriales para reunir todas estas historias. ¿Nos puedes adelantar algo?

Me han hecho bastantes ofertas, incluso algunas para sacar las historias con ilustraciones de acompañamiento, que creo que sería una pasada. Tengo muchísimas ganas de hacerlo, pero de momento he dejado las ofertas en pausa hasta que calcule el tiempo libre que me dejan la tesis y el trabajo, que no quiero meterme en un proyecto que no pueda acabar. Eso sí, en cuanto vea que tengo hueco para ponerme manos a la obra, tened por seguro que voy de cabeza.

Y ahora que tanta gente está interesada en lo que cuentas, ¿qué proyectos tienes en mente para el futuro?

No mucho porque tengo el tiempo justito, aunque sí estoy pensando abrir un Patreon. Las historias de señoras que se empotraron hace mucho van a seguir siendo gratuitas y a salir en Twitter, porque parte de lo que me gusta de esto es que es 100% accesible. Yo siempre he tenido un poco regular el tema del dinero y si hubiese encontrado algo como esto ya me habría dolido perdérmelo por no poder permitírmelo. Aún lo estoy pensando, pero quiero que el Patreon sea un extra para quien pueda, cosas como votar el tema del siguiente hilo, entrar en sorteos de libros, o participar en un club de lectura rollo informal. No sé, está todo muy en el aire, pero la idea sería que fuese complementario a los hilos y fomentara lo de estar en comunidad y aprender sobre nuestra historia y nuestra literatura.

Ahora es el momento: ¿Hay algo más que quieras añadir?

Hola, me llamo Cristina y no estoy equipada para tener tantos seguidores, pero cada vez que veo a una mujer de la comunidad LGBTQ emocionarse con mis hilos porque nunca le habían contado que tuviese referentes históricos me dan ganas de llorar de felicidad. Gracias por apreciar a las señoras geniales que se empotraron hace mucho y ojalá el pasado os ayude a pisar más fuerte en el presente.

Puedes seguir a Cristina en su Twitter, y colaborar con ella y su maravillosas labor en su Ko-fi. 

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