
El caso es que en estos 58 años de vida, Madonna ha mostrado ya no su apoyo al colectivo LGBTI, sino que ha dejado la puerta entreabierta a su pertenencia al mismo. En una entrevista a The Advocate en 1991 no se cortó un pelo y dejó caer algo que, para la época, sonó como una provocación.
Creo que todo el mundo es bisexual. Es mi teoría. Me puedo equivocar.
Entre 1985 y 1989 la cantante y actriz estuvo casada con el también actor Sean Penn, a quien conoció mientras grababa el videoclip de Material Girl, pero tras su divorcio, comenzó a rodearse de figuras del mundo del espectáculo y de la pasarela, figuras con las que la prensa de la época la comenzaron a vincular sentimentalmente, como Sandra Bernhard.

Una mujer con la que ambas estuvieron relacionadas, de un modo u otro, es la empresaria Ingrid Casares. En un perfil que la NYMag hizo de ella hace un tiempo, la definían como una «moderna Mercedes de Acosta», por ser el centro indiscutible del árbol de relaciones lésbicas de Nueva York. Las malas lenguas dicen que Ingrid estuvo saliendo con Sandra, pero que la dejó por Madonna, lo que hizo que la amistad entre ellas dos terminaran, aunque no la de Madonna y Casares, quien también apareció en el proyecto más escandaloso de la cantante, su libro Sex.
En 1992 salía a la luz lo que se promocionó como «el primer libro de Madonna», un compilado de textos más o menos provocativos, acompañados de fotografías de Steven Meisel. Las imágenes eran de todo menos sutiles, y las imágenes lésbicas eran una gran parte del mismo.
Según la modelo japonesa Jenny Shimizu, durante los noventa tuvo una relación con la cantante en la que cuando Madonna se sentía in the mood, pues la llamaba para que pasara la noche con ella, y las dos tan contentas. Se supone que mientras esto sucedía, la japonesa tenía el mismo tipo de relación con Angelina Jolie. Tiempos locos.
Pero seguramente el momento más icónico-croqueta de Madonna sea la actuación con Christina Aguilera y Britney Spears de los MTV awards de 2003. ¿Exagero si digo que marcó a toda una generación? Yo creo que no.
Britney volvía de un descanso, tras haber lanzado hacía un par de años su mujer mejor disco, ese que contenía todas las canciones de ella que te sabes. Christina, su némesis, había lanzando el año anterior EL DISCAZO de su carrera. Y, con muy buen ojo, Madonna pensó epatar a medio mundo con un gesto super sencillo. Todas nos acordamos de su beso con Britney, menos del de Christina porque en ese momentó importó más enfocar a Justin Timberlake, que en ese momento estaba saliendo con Spears. Un par de meses después, por si no habíamos tenido bastante, Madonna y Britney lanzaron un single juntas, y el video era justo lo que esperábamos.
Te puede gustar, o puedes aborrecerla, pero es innegable que Madonna tiene una influencia gigante en la cultura pop. Millones de seguidores, y seguidores LGBTI en todo el mundo, lo avalan. Desde aquí, ¡muchas felicidades!








