Estamos seguras de que a muchas de vosotras, queridas lectoras, os está empezando a picar el gusanillo de la maternidad. Formar una familia es algo que muchas personas desean, y quizá después de un tiempo con tu pareja te lo estés empezando a plantear. A nosotras también nos pasa, y es por eso que nos hemos puesto en contacto con Dexeus Mujer, un centro médico especializado en Ginecología, Obstetricia y Reproducción asistida con sede en Barcelona, para informarnos acerca de los pasos que, cuando queramos ser madres, podemos seguir.
En nuestro caso lo que más nos interesaba era el método ROPA, y la Dra. Dalia Rodríguez, ginecóloga experta en Medicina de la Reproducción, nos contó paso a paso el proceso, confirmando que era, en nuestro caso, la mejor opción. Este método, que en España es legal aunque no es así en todos los países, solamente puede hacerse entre parejas de mujeres que estén casadas, y consiste básicamente en que una mujer de la pareja aporte los óvulos y la otra se encargue de la gestación, siendo así las dos madres biológicas a todos los efectos.
La donación de óvulos se realiza, pues, intrapareja. Normalmente se recomienda que la donante de los óvulos tenga una edad comprendida entre los 18 y los 34 años, pero sí es cierto que para el método ROPA no hay edad límite, aunque la doctora Rodríguez nos contó que, para poder tener las máximas probabilidades de éxito, a la mayor brevedad posible, sería conveniente que la donante fuera la mujer más joven de las dos. Si la donante tiene más de 38 años se recomienda hacer un estudio genético embrionario, antes de transferir el embrión al útero de la receptora. Esto es lo que se llama FIV con DGP (Fecundación In Vitro con Diagnóstico Genético Preimplantacional), aunque no entraremos en detalle.
Primeros pasos
A la donante se le realiza, en primer lugar, un estudio de reserva ovárica para sopesar si es viable iniciar el tratamiento de estimulación. El estudio de reserva ovárica se basa en una analítica hormonal de una hormona que se llama Antimulleriana (AMH) y que se produce en los ovarios. Su índice disminuye con la edad, pero también hay mujeres jóvenes que la tienen por debajo de lo normal. La otra prueba es una ecografía transvaginal para ver el recuento de folículos antrales (RFA) (folículos de más de 10 mm) y la forma del útero. Estas pruebas permiten predecir la respuesta al tratamiento de estimulación, es decir, el número de óvulos que se podrán extraer. La calidad de los óvulos está relacionada con la edad, por lo que lo ideal sería que la donante tuviera menos de 35 años, si es posible. También deberá hacerse una analítica completa (hemograma, coagulación y serologías: VIH, hepatitis, etc.), y una revisión ginecológica con citología y pruebas mamarias (eco mamaria o mamografía, dependiendo de la edad y/o los antecedentes).
Una vez llevado a cabo el chequeo, ya puedes empezar el tratamiento de estimulación, consistente en unas inyecciones hormonales subcutáneas que te puedes poner tú misma en casa (nos aseguraron que no duelen). Esto tienes que hacerlo durante cinco días seguidos, durante los que no es necesario realizar controles, y luego otros 7 a 10 días más, en los que sí tendrás que hacer control ecográfico cada dos días y analíticas hormonales.
Aproximadamente quince días después del inicio de la estimulación, se programa la extracción de los óvulos, que se realiza mediante una pequeña intervención ambulatoria: punción transvaginal ecoguiada y que se tiene que hacer con una anestesia general ligera, llamada sedación. Una vez obtenidos los óvulos, se eligen los de buena calidad y se inseminan con los espermatozoides del donante seleccionado (como la muestra ya está preparada y congelada, sólo hay que descongelarla al momento).
Al día siguiente os llamarán para deciros cuántos ovocitos se han podido fecundar y cuantos embriones se tienen. Los embriones permanecen en el laboratorio hasta que llegan a un estadío avanzado (unos 5/6 días), que se llama estadío de blastocisto. En general suelen llegar la mitad de ellos. Luego se seleccionará el de mejor calidad para transferirlo al útero, algo que se hace de una forma muy sencilla que ya no precisa ningún tipo de anestesia y que se hace también vía vaginal.
Tras la transferencia, te aconsejan hacer un reposo relativo hasta conocer los resultados (es decir, no tienes que estar tumbada en la cama, pero tampoco debes ponerte a correr una maratón). No es necesario coger baja laboral, salvo que se desempeñe un trabajo de esfuerzo.
La tasa de éxito, si la donante tiene menos de 35 años, es aproximadamente del 60%.
Por cierto: los embriones sobrantes se congelan por si el primer intento no fuera bien o por si en un futuro se quiere tener otro hijo o hija, y además con el mismo material genético que su hermano o hermana, algo que para algunas personas puede ser importante.
¿Y la receptora? ¿Tienes que seguir algún tratamiento especial? Pues sí. Nos contaron que se intentan sincronizar los ciclos, las reglas, mediante pastillas anticonceptivas, para que así las dos estemos en el mismo punto y se acelere un poco el proceso. Además, la receptora tendrá que seguir otro tratamiento hormonal antes de que se le transfiera el embrión, que deberá mantener hasta la décima semana más o menos. Pero, a partir de ahí, el embarazo sigue su curso con los controles habituales que cualquier mujer embarazada tiene que seguir. Ni más, ni menos.
¿Cuándo sabremos si estamos embarazadas? Aproximadamente entre 9 y 11 días desde que se transfiere el embrión, se realiza una analítica (bHCG), para comprobar si se ha implantado correctamente, lo que significa… ¡que el embarazo está en marcha!
¿Y qué sucede con el donante de esperma? Esto era una cuestión que no teníamos nada clara, porque, sobre todo, existen muchos mitos transmitidos a través de las películas y las series. Marta Ballester, responsable del Laboratorio de Andrología de Dexeus Mujer, nos contó que:
la selección del donante de semen se hace según el fenotipo (rasgos físicos: color de pelo, de piel, de ojos, etc.) de la receptora, al igual que en cualquier otro tratamiento de reproducción asistida (según la ley española), es decir, en el caso de un ROPA se selecciona el donante de semen con la máxima similitud de rasgos físicos de la que no aporta los óvulos.
Para disminuir el riesgo de la transmisión de algunas enfermedades hereditarias de origen genético y carácter recesivo se puede realizar el test genético de portadores al donante de semen. Las enfermedades autosómicas recesivas solo se manifiestan cuando los dos progenitores tienen una alteración genética en el mismo gen (información genética) y la transmiten a su descendencia. El estado de portador de enfermedades recesivas suele pasar desapercibido, por lo tanto desconocemos si somos portadores de alguna de estas enfermedades. Este estudio se realiza tanto al donante de semen como a la de óvulos, para poder cotejar los resultados y elegir un donante que sea “compatible” desde el punto de vista genético.
¿Cuánto cuesta?
Otra cosa que nos interesaba (y mucho) era el coste del proceso. No teníamos ni idea de cuanto podía suponernos, y al ver que había tanto procedimiento envuelto creíamos que iba a ser mucho más de lo que, al final, nos dijeron. La primera consulta era gratuita para nosotras porque somos pacientes de la clínica, y el proceso cuesta 5.715 euros incluyendo el banco de semen. Este precio no incluye el precio de congelación de los embriones sobrantes, que es de 600 € y cubre el mantenimiento durante el primer año.
Si tenéis alguna duda extra sobre el proceso, podéis poneros en contacto con Dexeus Mujer. La sensación que nos dio es de profesionalidad absoluta, y, sobre todo y algo que se agradece muchísimo en temas tan delicados como este, lo amabilísimas que son.