InicioActualidadLesbianas y mosquetones: una historia de amor

Lesbianas y mosquetones: una historia de amor

Publicado

https://www.etsy.com/es/listing/1575599547/llavero-con-mosqueton-para-lesbianas

Hay una cosa que une a las lesbianas, los escaladores y las abuelas que hacen senderismo por el monte de al lado de tu pueblo y no es el amor por la naturaleza precisamente. Es el mosquetón. Ese pequeño enganche metálico que sirve para colgar llaves, sujetar cantimploras o salvarte de una muerte segura en una pared vertical de granito. Pero en nuestro caso, tiene una historia un poquito más queer de lo que imaginabas.

https://www.etsy.com/es/listing/1876588694/hot-to-go-llavero-con-mosqueton-grabado

Si te has fijado, hay una tendencia, sobre todo en ambientes bolleros, de llevar mosquetones colgando del pantaló. Y aunque hoy es más bien un guiño estético o un meme viviente dentro de la cultura lésbica, su origen es bastante más práctico. Y feminista.

Todo empieza en las fábricas estadounidenses de los años 50. Cuando terminó la Segunda Guerra Mundial, muchas mujeres que habían entrado a trabajar en sectores industriales para reemplazar a los hombres que estaban en el frente decidieron que no iban a volver a los confines de la cocina tan fácilmente. Se habían acostumbrado a trabajar con herramientas, a tener salarios propios, a vestir con ropa funcional. Y con eso vino una estética particular: cinturones con bolsillos, pantalones resistentes y accesorios como los mosquetones. Servían para sujetar linternas, llevar herramientas o enganchar lo que hiciera falta. Eran prácticos y visibles. Y sin quererlo, se convirtieron en un símbolo.

Las mujeres que decidieron mantener esa estética no solían encajar en la imagen que vendía la televisión de la esposa rubia, sumisa y perfectamente peinada que te preparaba un pastel mientras esperaba al marido. Muchas de ellas, además, se relacionaban afectivamente con otras mujeres, en un mundo en el que eso todavía no tenía un nombre muy claro, pero sí muchas consecuencias sociales. El mosquetón era parte de un uniforme no oficial. Un detalle que las hacía reconocibles entre sí en los lugares de trabajo, en los bares, en los talleres mecánicos. Una especie de bandera sin tela.

Décadas más tarde, cuando la cultura queer empezó a desarrollar su propio lenguaje visual, los mosquetones reaparecieron como una especie de reliquia de esa historia compartida. En los años 70 y 80, en ciudades como San Francisco o Nueva York, muchas lesbianas los usaban para comunicarse sin decir una palabra. Igual que los hombres gays tenían el código de los pañuelos, en la comunidad bollera se hablaba de qué lado del pantalón llevabas el mosquetón. Si lo llevabas a la izquierda eras más bien de tomar la iniciativa. Si lo llevabas a la derecha, dejabas que te llevaran. Spoiler: muchas lo llevaban a ambos lados por si acaso.

Hoy, en pleno 2025, nadie va a interpretar automáticamente que eres lesbiana por llevar un mosquetón. Bueno, casi nadie. Pero sigue siendo un símbolo que nos hace sonreír a quienes lo reconocemos. Es una manera de decir “estoy aquí” sin decirlo en voz alta. Es práctico, sí, pero también es historia. Es cultura pop croqueta comprimida en un enganche metálico.

Y si no nos crees, date una vuelta por un festival lésbico al aire libre. Verás más mosquetones que en un catálogo de escalada. Algunas llevarán llaves, otras gorras, otras nada en absoluto. Pero todos contarán una historia. De resistencia. De trabajo. De identidad. De amor entre mujeres que se atrevieron a vivir fuera del molde. Y de paso, oye, te cuelgas la botella de agua y no te deshidrats en el camino.

Vía: Reddit

Últimos artículos

BOOM: Empieza el rodaje de ‘Los siete maridos de Evelyn Hugo’

Buenas noticias para quienes llevan, LLEVAMOS, años esperando ver a Evelyn Hugo cobrar vida...

Potencia tu placer con el nuevo sérum de LELO

LELO es una marca sueca conocida, sobre todo, por su juguetería de lujo. A...

Pillow princess, service top… ¿Qué es todo esto?

La sexualidad sáfica es un arcoíris inmenso y precioso de posibilidades. No, no todo...

Día de la Visibilidad Lésbica: una fecha para mirar de frente la realidad

Este 26 de abril se celebra el Día de la Visibilidad Lésbica. Y no,...

‘Les filles, les meufs’, de Marguerite, la canción que si no has oído pronto lo harás

La canción Les filles, les meufs de la cantante francesa Marguerite se ha convertido...

Margaret Qualley, Aubrey Plaza y una detective lesbiana en’Honey Don’t!’, nuestro nuevo plan de vida

A ver, croquetillas del universo, agarraos fuerte a lo que tengáis más cerca (la...

‘Más que amigas’, el libro que nos tendió una mano cuando más lo necesitábamos

En un mundo perfecto, todas creceríamos viendo pelis donde la chica se enamora de...

Los 10 libros lésbicos más vendidos de la historia (y por qué deberías leerlos otra vez)

Si algo nos ha enseñado la literatura es que el amor entre mujeres no...

Kristen Stewart y Dylan Meyer: una boda íntima y con sabor a margarita

El pasado domingo 20 de abril de 2025, Kristen Stewart y Dylan Meyer se...

Zoa, la magic wand 2 en 1 de Shunga

Cuenta la leyenda que, en la dinastía Edo, existía una geisha llamada Zoa que...

Lo que pasó, pasó (entre Teddy y Cass de ‘Anatomía de Grey’)

No sé vosotras, pero en esta casa llevamos meses —¿años? ¿vidas pasadas?— esperando que...

La historia que España intentó enterrar: Rocío Wanninkhof, Dolores Vázquez y la lesbofobia judicial

Hay historias que duelen. Que hieren. Que te cabrean profundamente. Y luego está la...

Estrenos lésbicos de cine (y alguna serie) para que veas este 2025

¡Agarraos bien a vuestros asientos, porque 2025 viene cargado de películas lésbicas que nos...

Paula Usero, a por el croqueteo vintage (más vintage aún)

¡ATENCIÓN, CROQUETILLAS! Netflix nos tiene preparadas unas croquetas bien calentitas con su nueva serie...

¡Que vivan las novias #mafin!

A veces, solo a veces, las esperas, los neriovs y las curvas merecen la...

Más como este