¿Recordáis cuando Rachel Berry era la típica niña buena del instituto, aplicada y modosa? Yo hubo un momento que creí que Lea Michele, simplemente, se estaba interpretando a ella misma. Pero claro, poco a poco la cantante ha ido dejando miguitas de pan, pequeñas pistas que nos llevan a pensar que no, que Lea no es Rachel. Como en su nuevo video, On my way.
Lea es más de enseñar cacho y restregarse contra las paredes. Más de desmelenarse en un motel de carretera con su novio, primo segundo de Ryan Gosling. Más de emular a Britney en Crossroads, sintiendo la libertad que te da ir en un descapotable por la ruta 66. De la canción poco te podemos decir, porque, simplemente, las imágenes de Lea con tops cada vez más mínimos no nos deja pensar con mucha claridad. Desde aquí queremos aplaudir la labor del director de vestuario, que ha tenido mucho ojo al elegir el vestido de seda color carne de Lea, produciendo en nosotras un efecto óptico que nos hace verla desnuda, aunque el resto de tops tampoco dan mucha cancha a la imaginación.
Lo único que me preocupa de este video es la falta de estabilidad de los edificios estadounidenses: lo vimos en Can’t remember to forget you y ahora lo volvemos a ver aquí. Menos mal que las estrellas del pop se ofrecen generosamente a ser los pilares sustentores de las edificaciones. Esa y no otra es la razón de que, video tras video, se lo monten sin fin contra paredes de cemento. God bless the popstars.