Podéis enviar los textos que queráis (preferiblemente que no incluyan ninguna imagen) a la dirección de correo que figura en el banner, con el asunto “La croqueta libre”. Los textos se leerán para escoger, pero no se editarán. Es decir, que si tu texto se ajusta a la temática de la web, lo publicaremos, pero sin corregir las posibles faltas. Los textos deben ir firmados con nombre o seudónimo. ¡Ah! ¡Y un título!
Zozobro en una batida ilusión, quimera de posibles incompletos, mientras confusas distracciones eclipsan mi visión impidiendo que confeccione mis versos con precisión. Pero qué quieres que te diga, comisura alada de vívidas miradas, si los más bellos versos se escribieron en amores heridos, por añorados perdidos, que fueron prohibidos por la alevosa razón. Y qué quieres que te diga, si yo tan solo ansío llenarte las lunas, tus lunas, las que hubo un tiempo fueron mías, y fugarte las estrellas, y desnudarte las sonrisas, y permitirme besarte los besos, en días de lluvia, de bruma, de la mar mecida, de horas compartidas y camas a destiempo.
Y ahora que vas apeteciéndome con premura, a oscuras, y me falta el aliento cada vez que te nombro en silencio déjame hacer, albor trazado en níveos circones, que quiero amarte esculpiendo las yemas de mis dedos en tu piel. Espectros visibles de belleza tus pupilas, exhalaciones de expresión celeste tus miradas, ribetes escarlata hacedores de los cicerones de mi aliento tus besos, los que busco y pierdo, los que sacian y arrebatan, los que ansío y vuelan, los que lejos de ser míos, besan.
Ante la atenta mirada de la luna encerrada en mi ventana, cuando las calles callan en noches de luces y el mundo cesa, se apaga, lento, ritmo de esferas; eres tú quien más me apetece. Cabellos cobrizos, tez de grácil alborada, tacto de pianista que produce en mí una sinfonía de suspiros, eres tú quien rompe el silencio en besos para desdibujarte (como si de un haz de luz se tratase) en mi insomnio de ensueños. Naciste más allá del tiempo, vives en mi vertiginoso desaliento, y me arrullas como el viento hasta rayar el firmamento, eterno vuelo de este velado hálito al anochecer.
Y sé, más allá de estas palabras, más allá de las noches en verso, que no quieres que diga, que prefieres que calle en silencio y pierda la voz en momentos. Pero antes de irme permíteme que te memorice las formas, te guarde las estrellas que desprende tu sonrisa y te escriba como hicieron Benedetti, Neruda o Salinas porque en ti vi a su misma musa.
.- Victoria Charlot