Calabacita y sus madres
La ciencia avanza que es una barbaridad. Si creías que controlar el roomba desde el móvil era lo más de lo más, y que la civilización había hecho cumbre con que cada vez que dijeras ‘ok Google’ el operador de la NSA que te ha sido asignado te encendiera el móvil, vas a flipar con la historia que te vamos a contar a continuación y que, fuera coñas, es un avance bastante importante en el campo de la maternidad biológica compartida.
Bliss y Ashleigh Coulter, de Texas, fueron madres en junio a través de un nuevo procedimiento llamado “Fertilización In Vitro Recíproca sin esfuerzo” (effortless reciprocal In Vitro Fertilization). Las dos madres de Stetson, que así se llama el recién llegado a este mundo, fueron madres gestantes. Durante años, las parejas del mismo sexo han adoptado o usado FIV recíproca para tener bebés, donde se combinan uno de los óvulos de la mujer y el esperma de un donante y se colocan en una incubadora, para después implantar el embrión en el útero de la madre gestante.
Pero este nuevo método es ligeramente diferente, ya que Bliss era la “fuente de óvulos”, lo que significa que los óvulos eran propios, y se inseminaron utilizando el esperma del donante para que después, en lugar de incubar los huevos fuera del cuerpo, Bliss “llevara el desarrollo del embrión durante cinco días” dentro de su vagina (en la fuente que estamos manejando dicen que es la vagina, por sorprendente que parezca), utilizando un pequeño dispositivo médico llamado cápsula INVOcell. Según cuenta KansasCity.com, esto, además, supuso un ahorro en el procedimiento, ya que el coste de utilizar una incubadora se elimina.
Para estas dos mujeres este método ha resultado ideal, ya que Bliss quería tener un hijo biológico, pero no quería quedarse embarazada, mientras que a su esposa le daba más igual lo del ADN y menos lo de los nueve meses. El milenarismo no sé, pero el futuro ya está aquí.
Vía: The Daily Beast