Cuando Two and a Half Men anunció que iba a introducir un personaje lésbico en su nueva temporada fuimos muchas las que levantamos la ceja con escepticismo y echamos mano del impermeable. Porque aquello nos olía a chaparrón asegurado. Estábamos convencidas de que un show tradicionalmente machista como este solo podía traernos una lluvia de clichés, bromas facilonas, comentarios de mal gusto y demás estereotipos que las lesbianas estamos cansadas de escuchar.
Si a esto le sumábamos que Jenny (Amber Tamblyn) fue concebida como una especie de reencarnación femenina del fallecido personaje de Charlie Sheen, la cosa se ponía todavía peor. ¡Jenny no es lesbiana, es un hombre! dijimos, casi poniendo el grito en el cielo. Pero nosotras también nos equivocamos. Y cuando esto ocurre, lo único que queda es agachar las orejas y esperar que la colleja sea rápida e indolora.
Mucho me temo que el hada madrina de la televisión ha hecho este año una visita al plató de la onceava temporada de Dos Hombres y Medio, porque para sorpresa de muchos Amber Tamblyn se ha revelado como una formidable actriz de comedia, capaz de mejorar la serie con su simple presencia. Es curioso cómo su Jenny nos hace sentir todo lo bueno, a pesar de que representa todo lo malo. Incluso consigue que brille un personaje tan plano como el de Ashton Kutcher, el soporífero Walden, que nos parece moderadamente interesante cuando interactúa con ella.
La propia Amber Tamblyn reconoce que le encanta su papel en Dos Hombres y Medio. ¿Las razones? Que no es un personaje lésbico al uso. Jenny no es el blanco de las bromas, sino la que hace las bromas. No es la mala de la película, sino la fresca adorable. No es un estereotipo, sino un cúmulo explosivo de ellos. Y funciona, vaya si lo hace. “Me parece increíble que un show como este, que ha experimentado tantos cambios y que inicialmente fue concebido para hombres, con bromas típicas de hombres, lo aprecien de veras muchos amigos míos que son gays e incluso transexuales”, afirma la actriz.
Estoy convencida de que Amber Tamblyn todavía no es del todo consciente de la huella que está dejando en Dos Hombres y Medio, pero tú, como televidente, seguro que sí lo has notado. Basta con que te hagas una pregunta para comprender el alcance de su impacto: ¿Alguien se acuerda realmente de Angus T. Jones? ¿Alguien echa de menos a Jake? El actor estuvo diez temporadas en la serie. DIEZ. Jenny todavía no ha completado una entera y ya muchos la consideran imprescindible.
A pesar de las críticas y de los inestables ratings de audiencia, es de justicia admitir que Jenny ha conseguido darle a esta serie una nueva identidad, jamás pensada para Dos Hombres y Medio. Con deciros que ha sido recientemente bautizada como “uno de los shows de televisión más positivos sexualmente hablando y más gay friendly” creo que no hay mucho más que añadir. Con la incorporación de su nuevo interés romántico, suponemos que esta percepción será incluso mayor en el futuro.
Juro que todavía no me creo que vaya a decir esto, pero, sin querer (y por eso de si no quieres caldo, te dan dos tazas), Jenny se ha convertido para mí en uno de los personajes lésbicos más interesantes de la televisión de hoy en día. Si estabas huyendo de ella por antiguos prejuicios, no lo hagas. Dale una oportunidad. A lo mejor te sorprende tanto como a nosotras. Y si no es así, no pasa nada. Siempre te puedes refugiar en los brazos de una Cosima, una Leslie Shay o una Alex Vause.