Os presentó una conocida de la exnovia de su exexnovia…
¡Era perfecta! ¡La mujer de tus sueños!
Bueno… a lo mejor tenía unos cuantos defectillos…
Pero tus amigos exageraban cuando te dijeron que esa chica era un poco rara.
Porque tú estabas FELIZ.
ENAMORADA.
¡El mejor sexo de tu vida!
A los diez días de relación ya SABÍAS que querías irte a vivir con ella.
Hicisteis una fiesta para celebrar la mudanza.
Fue la única. Los dos años siguientes ya nunca más salisteis de casa.
Un buen día, sin venir a cuento, te dice: “Quiero dejarlo. No eres tú, soy yo”.
“Me duele tanto como a ti. ¡Pero te voy a echar mucho de menos!”
La quieres y la odias. A la vez.
Te hundes en la miseria.
Empiezas a hacer cosas raras.

Tienes que olvidarla.
Pero… te sigue llamando.
Tus amigas te escuchan estoicamente.
Pero no lo entienden. Era el amor de tu vida.
Ibas a casarte con ella.
Y a tener hijos con ella.
Muchos hijos.
Decides no cogerle el teléfono.
La resolución te dura unos 15 segundos, aproximadamente.
Tus amigas vuelven a escucharte.
Sus amigas te llaman. Les respondes, aunque no te apetezca hablar con ellas.
Por fin consigues no cogerle el teléfono.
Pero se planta en la puerta de tu casa.
Quiere volver contigo. Lo suyo con la otra no fue nada.
Vivís una segunda luna de miel.
Pero sigue quedando con Lucía… La muy…
Cortáis.
Tus amigas te mandan cariñosamente a la mierda.
Sus amigas ya no te llaman. Pero ella sí te sigue llamando.
“Te echo de menos”, dice.
Volvéis. Esta vez como follamigas.
Esa noche te la encuentras en el bar. Con la otra. Será hija de…
Te juras a ti misma que nunca más. Te das a la mala vida.
Quemas todos sus recuerdos.
Esa zorra…
¡Con la de cosas que tú hiciste por ella!
¡Tus amigas tenían razón! Te manipuló.
Pero la quieres…
¡Vaya cagada!
¡Te ha arruinado la vida!
Seis meses después te llama una conocida. Quiere presentarte a la amiga de una exnovia de su exexnovia…
¡Es perfecta! ¡La mujer de tus sueños! Se llama Lucía. Espera un momento, ¿de qué te suena esta historia?… Oh… Oh…
Escrito por: Marca de Fábrica y Emma Mars.