Últimamente no nos llegan más que malas noticias desde la tierra de los Zares con estas leyes anti-gays que con tanto fervor están apoyando la mayoría de los rusos, como la atleta Yelena Isinbayeva.
Pero no sería la primera vez en la historia que una gran opresión es la que hace que la gente se rebele, y si todo empezó con Emma Green, una atleta sueca que decidió pintarse las uñas con los colores del arcoiris para mostrar su apoyo a toda la comunidad LGBT y darnos unas declaraciones que decían cosas como «más que una protesta, es una manifestación de lo que pienso» y «Cuando llegué a Moscú, lo primero que vi cuando abrí las cortinas fue un arco iris sobre la ciudad y pensé que era una buena señal. En ese momento decidí pintarme las uñas con esos colores, una forma de manifestar lo que pienso», las reacciones del comité olímpico no se hicieron esperar y le prohibieron competir mientras llevase esos colores en las uñas. También, causalmente o no, sus saltos fueron los únicos que no se retransmitieron por televisión. ¿Casualidad? Yo no lo creo y estoy convencida de que Emma Green tampoco.
Pero las cosas no han quedado ahí y hoy, frente a todas las cámaras y en riguroso directo, al entregar las medallas de oro a las corredoras vencedoras de atletismo, las rusas Kseniya Ryzhova y Tatyana Firova , han decidido también apoyar nuestra causa e ir contra la homofobia que azota su país. ¿Y qué han hecho? Pues regalarnos un beso que, aunque no sea de esos que nos hacen temblar las piernas pidiendo más, seguro que han hecho que Putin y Isinbayeva tiemblen por completo al verlo.
No sabemos cuáles serán las consecuencias para ambas atletas, pero teniendo en cuenta lo sucedido con Emma Green y sus uñas, no creemos que les traiga nada bueno por parte del comité olímpico y el presidente de su país, además tenemos que recordar que la ley anti-gays prohíbe cualquier tipo de visibilidad homosexual en público, así que estas dos valientes no sólo están poniendo nerviosos a los sectores más conservadores del país, sino que han quebrantado la ley. Y desde aquí lo que les puedo decir es un gran GRACIAS y desearles la mejor de las suertes a partir de ahora porque me temo que les queda mucho a lo que enfrentarse viviendo en un país que pisotea los derechos fundamentales de las personas día sí, día también.
De nuevo, gracias por la valentía y el apoyo a la comunidad LGBT y enhorabuena por el oro, que con nosotras ya lo tendréis para siempre.