Una de las parejas más monas de la televisión actual es la formada por Jules y Valerie, las adolescentes de Betrayal. Hace tiempo elogiábamos desde aquí la normalidad con la que está tratada su relación, en la que no hay dramas porque sean dos chicas (quizá porque bastante drama tiene ya la serie de por sí, pero ese es otro tema), y las cosas fluyen como tienen que fluir. Después de muchos episodios sin verlas, en el último emitido, el noveno de la primera temporada, hemos tenido la oportunidad de ver cómo les va. Nos encontramos con Valerie y Jules en el parque, bajo la lluvia. Mientras Val stalkea a la novia de su padre por internet, Jules juguetea con George, su perro, mientras intenta llamar la atención de su novia, que pasa de ella. “Si vamos a llegar a algo más serio, George es parte del trato”, dice. Y en estas, aparece una rubia misteriosa, que resulta ser la ex de Jules, y que se lleva estupendamente con el perro.
¡Alarma! Nunca dejes que tu novia vea en directo las virtudes de tu ex: puede ser peligroso.
Como Jules tiene que ir un momento a por sus llaves, la rubia aprovecha para advertirle a Val que “en cuanto se aburra, te dejará”. Y la pelirroja, se lo cree. Se lo cree hasta tal punto que rompe con Jules. ¿Cómo puede ser que por un simple comentario de una desconocida dejes a tu chica? ¿Cómo puedes no aprovechar el momento tan genial que estás viviendo? Su novia intenta racionalizar la situación:
J: Estamos rompiendo ahora para evitar romper más tarde.
V: Esto me asusta, y es lo último que necesito.
Bueno, esto lo entendemos más. Realmente las cosas en casa de Val no están demasiado bien: sus padres se han separado, y para ella se hace un poco difícil creer en el amor en estos momentos. Pero una conversación con su madre, una de las más honestas que hemos podido ver últimamente, parece que le hace entrar en razón. La madre de la pelirroja le intenta explicar que, aunque te rompan el corazón, es una cosa que tú no puedes prever, y que siempre, siempre, merece la pena todo lo que vino antes. De verdad, cada vez me gusta más esta serie.
Y, por fin, ocurre lo que estábamos esperando. Jules se cuela en el cuarto de Val, y en una escena que te llena el pecho de emoción, al ritmo de Gossling, las dos adolescentes intercambian unos votos que, para ellas, son lo más válido del mundo. “Prometo no engañarte, ni mentirte, ni forzarte a querer a mi perro”. Awwww.
Se agradece mucho una serie con una relación entre chicas en la que ni muera una, ni todo sea un drama, ni haya lágrimas por cosas en las que no habría si fuera otro tipo de relación. Así da tiempo a contar las cosas que son realmente importantes, mientras que lo accesorio se queda en el camino. Ojalá todas las historias sean contadas así en un futuro.