Cada día más. Calma y relax en el ruedo croqueta: ni hay separación de Ellen y Portia ni la presentadora se cansará nunca de repetir lo enamorada que está de su esposa.
Ellen DeGeneres ha vuelto a desmentir los rumores de su separación esparcidos por Star, esta vez en una exclusiva publicada en el último número de la revista People. Y en ella no solo analiza su actual situación marital, sino también la reacción negativa del público a su salida del armario, hace 17 años:
“Yo pensé que todo el mundo me conocía y no creí que un pequeño adjetivo iba a definirme. No me lo esperaba”.
Pero las tornas han cambiado mucho desde entonces. Ellen DeGeneres está actualmente en lo más alto de su carrera. Su vida sentimental va bien. Está preparando una sitcom para la NBC con una lesbiana de protagonista. Su programa se va a emitir en la comunista China. Ya hay quien la ve como la heredera de la poderosa Oprah Winfrey. Y el próximo 2 de marzo será la flamante presentadora de la 86 edición de los Oscar (no te los pierdas). El pasado queda, por lo tanto, muy pero que muy atrás:
“Ahora me parece que todo eso fue una película que vi sobre otra persona y me limito a disfrutar de la maravillosa vida que tengo en el presente”.
Como os decíamos, esa fantástica vida incluye, por supuesto a su pareja, la actriz Portia de Rossi y para despejarnos a todas cualquier duda, ha recalcado que la ama tanto que le mata.
“Algunos periódicos amarillistas publicaron una foto de Portia en la cual no tenía puesto su anillo de matrimonio. Ella me dijo: No lo llevaba puesto porque cuando monto a caballo y agarro las riendas, ¡me irrita las manos!”, explicó la presentadora, sorprendida por las acusaciones. Y después añadió: “Lo cierto es que, por más cursi que suene, cada día me enamoro más de Portia. De veras. Ella me sorprende a menudo. Es lo que sientes cuando encuentras a esa persona que te comprende, que cuida de ti, que quiere lo mejor para ti. Somos francamente afortunadas porque sabemos lo difícil que es encontrar eso”.
Caso cerrado, por lo tanto. O, al menos, hasta la próxima vez que la prensa amarilla decida esparcir otra capa de barro sobre una pareja feliz. Haters will hate. C’est la vie…
Vía: People