Queda solo un episodio para que la primera temporada de Faking It se acabe y no vamos a mentiros: estamos nerviosas. MUY nerviosas. La serie empezó fantásticamente bien, con un piloto que creó tanta expectación que tuvo muchísima audiencia. Pero a medida que han ido avanzando los episodios los medidores no están siendo todo lo que MTV esperaba y la amenaza de una posible cancelación prematura de Faking It sobrevuela por encima de nuestras cabezas.
Buena parte de la culpa la tiene el hecho de que MTV ha programado esta magnífica serie justo después de Awkward, que va cuesta abajo y sin frenos, y por lo tanto, no tiene el efecto arrastre necesario para que los televidentes se queden a ver lo que viene después, que es Faking It. Así que ahora nos hemos plantado aquí, con la callada por respuesta, a un episodio de que la cosa acabe y sin saber si van a renovarla.
A nuestro entender, existen muchas razones por las cuales creemos que MTV debería apostar por Faking It y pasarse por el forro de la chaqueta eso de la audiencia. Aunque sabemos que el mundo no funciona así y que es don dinero y don anuncios quien manda. Pero los milagros ocurren y por eso hemos querido hacer una lista de las razones (nuestras razones), por las cuales creemos que deberían darle al menos una segunda temporada.
MTV debería renovar ‘Faking It’ porque…
….celebra como muy pocas series la diversidad. Faking It tiene una cosa muy curiosa y es que, para mí, es uno de los guiones más valientes que he visto en la televisión desde hace muchos años. La prueba está en cómo nos hizo cambiar de opinión con hechos, no palabras. Al principio, cuando nos enteramos de qué iba, nos llevamos las manos a la cabeza. ¿Dos adolescentes fingiendo que son lesbianas para ganar popularidad en un instituto? RUN!! Run for your life!!! Pero entonces ves el primer episodio y descubres que no solo está muy lejos de esa idea inicialmente superficial, sino que además es una apuesta por la diversidad que destroza cualquier test Bechdel al que quieras someterla. Además, Faking It lanza un mensaje que nos parece muy necesario para los adolescentes de hoy en día: que no te dé miedo ser tú mismo. No machaca a los homosexuales, sino que los celebra. ¿Cuándo habíamos visto algo así?
….tiene un componente irreal. El instituto Hester es lo menos realista del mundo. Gays que son los chicos “cool” en lugar del quarterback del equipo de fútbol. A la guapa del “insti” no la soporta ni su novio. Lesbianas que son coronadas como las reinas del baile. La masa gritándoles “que se besen, que se besen” como si fueran Beyoncé y Jay Z los que pasaran por allí. Lo de basado en hechos reales no se amolda a Faking It, pero eso hace que nos guste todavía más. Es fresco. Es nuevo. No se parece en nada a lo que hemos visto antes. Y por eso queremos seguir viéndolo.
….a la vez es tremendamente realista. Aunque te cabree, aunque patalees, aunque estés todavía pegada a los kleenex después del último episodio, hay que reconocer que Faking It hace una radiografía muy certera de las relaciones entre dos adolescentes cuando una de ellas es homosexual (o piensa que podría serlo) y la otra no lo tiene tan claro. No me odies por recordártelo, yo solo soy la mensajera, pero piénsalo: ¿Cuál es la estadística de éxito/fracaso cuando eres una adolescente y te cuelas por tu mejor amiga super hetero? Casi sin quererlo Faking It está cambiando la representación de la “homosexualidad” en la televisión. Nos la están demostrando en su versión más realista, más humana, más cercana. Y manda huevos (con perdón) que esto lo esté haciendo la cadena que inventó el Gandía Shore. Pero esto es así. Y cuando las cosas se hacen bien, hay que quitarse el sombrero.
….corrobora la definición tan Shane de que la sexualidad es algo que fluye. Nada es blanco o negro, sino que también hay una época en la vida en la que todo es gris. Amy está atravesando ahora por las mismas dudas a las que nos enfrentamos muchas de nosotras cuando teníamos su edad. Seguro que no soy la única que se siente identificada con este mensaje que subyace bajo toda la superficialidad “teen” de Faking It.
….han reinventado el uso de la gabardina. La gabardina, esa prenda que han usado ilustres como Sherlock Holmes o la stripper que contrataron tus amigas para tu despedida de soltera. No hay una prenda más democratizadora que la gabardina. ¡Incluso el exhibicionista de tu calle la usa! Pero a partir de ahora para nosotras tendrá otro significado. Ya nunca más podremos quitarnos de la cabeza esa imagen a cámara lenta de Karma desanudando la gabardina de Amy. De verdad, olvidaos de los selfies de Ellen Degeneres. Lo que queremos son gifs como estos.
….Rita Volk mejora con cada episodio. Esta actriz, que era una completa desconocida para nosotras, en apenas 7 episodios de solo 20 minutos nos ha robado el corazón a todas y amenaza con no devolvérnoslo nunca más. Vete pensando cómo vas a bombear la sangre en tu cuerpo, porque a partir de ahora le pertenece a la actriz nacida en Uzbekistán. A mí me tiene preocupadísima que cada episodio la veo más guapa. Haced “la prueba del ritavolk”: poneos el primero y vedlos todos de golpe. Cuando llegues al siete te habrás quedado sin aliento.
….queremos ver más sujetadores. Esto puede parecer un pensamiento obvio o del todo superficial, y eso a lo mejor se debe a que lo es. Pero no me niegues que estás deseando ver más escenas de corsés y sujetadores porque, ojito, no me lo creo. Si me lo niegas vas a tener que fijar cita en el confesionario para expiar tus pecados. Hasta Karma quiere ver más:
….es la primera serie desde South of Nowhere cuyo argumento trata, básicamente, del amor entre dos adolescentes. Pero South of Nowhere (o incluso Sugar Rush, no se me olvida su coetánea británica) se acabó en 2008, lo que significa que hemos tenido SEIS AÑOS de sequía para disfrutar de nuevo de un show que parta de esa premisa. Sí, claro, en todos estos años nos han dado un porrón de personajes lésbicos, a veces hasta el punto de que te dan ganas de sacar el paraguas anticroquetas porque parece que enciendes la televisión y te llueven encima. Pero simplemente no es lo mismo. La mayoría son personajes secundarios y algunas series nos han metido a las lesbianas con calzador, como catalizadores de audiencia, total para luego matarlas cuando ya no les servían de nada. Lo cual me lleva al punto siguiente.
….aquí no va a morir una lesbiana. Te puede parecer una razón banal, pero no-lo-es. Repite conmigo: no-lo-es. Siempre os decimos que el cementerio televisivo está lleno de lesbianas. A veces me puedo imaginar a los guionistas como una suerte de Dios de la parrilla, sujetando un mando a distancia a las puertas del Juicio Final, mirando a quién pueden desconectar por sus pecados. Y siempre SIEMPRE es a la lesbiana. Esto es así. Da igual lo simpática que sea la croquetilla, al final es el personaje que se ha ganado todas las papeletas en la tómbola para palmarla al episodio siguiente. En Faking It esto no va a ocurrir.
….no es un drama. Enlazando con el punto anterior, esta serie tiene su punto llorón y a veces te quedas con el corazoncito encogido, pero realmente no es dramática; es decir, no hace que quieras arrancarte la piel de debajo de las uñas. A lo mejor soy la única que está cansada de ese mensaje tan inherente a las tramas homosexuales, en donde todo es arduo peregrinaje vital, y parece que estamos metidas en un thriller de Hitchcock y la cosa va a acabar bien jodida porque está a punto de abrir la cortina de la ducha la loca de Psicosis y tú lo único que puedes escuchar es IH, IH, IH, IH, IH, IH, y pegar un grito. El drama es jugoso, os concedo eso, pero de vez en cuando como que apetece desengrasar y disfrutar un poco, ¿no?
….por los besos. ¿Pensabas que me había olvidado? Pues no. ¿Cómo hacerlo? Es una de las cosas que más ojipláticas nos tienen. Mira que hemos visto besos entre actrices de todo tipo… guapas, feas, famosas, principiantes, rubias, morenas… y pocos, muy pocos, tienen la intensidad del Karmy (a todo esto: “Karmy”, ¿no podíamos haber inventado un término menos moñas?). Desconozco de dónde sacan la inspiración Rita Volk y Katie Stevens, pero espero que no la pierdan nunca, porque ¡wow! Si todas las actrices se besaran así en esta casa acabaríamos con una cardiopatía.
Y finalmente, porque ALGUIEN NOS TIENE QUE EXPLICAR QUÉ SIGNIFICA EL “WHOA” DE KARMA. Sería muy injusto que nos dejaran a medias. Esto es algo así como que entre tu madre en la habitación cuando estás a punto de tener un orgasmo. Que no me ha pasado (gracias, madre, por eso), pero imagino que el cabreo que te pillas es monumental y que te quedas medio temblando, preguntándote algo así como “uy, qué bien, kjñalkdjadj, ¿ahora qué?”. Está claro que a nadie le gusta quedarse a medias, pero en el caso de Faking It sería mucho más grave porque, de verdad, perderíamos una de las series que mejor ha plasmado el despertar a la homosexualidad y la confusión que eso conlleva.
Por todo lo dicho: MTV, pasa de las audiencias. Para eso tienes los Gandía Shores. Pero no dejes escapar un producto tan sano, valiente y original como Faking It. Please?
Seguiremos informando…