Anoche se entregaron los VMAs, los premios de MTV más enfocados a la parte visual de la música. Durante los 32 años en que se viena celebrando esta gala, muchos han sido los momentos que perdurarán para siempre en nuestra memoria, y casi siempre de la mano de grandes divas del pop. ¿Es posible olvidar a Madonna cantando Vogue como si saliese de las mismísimas Amistades peligrosas?
¿Y a Kurt Cobain saltándose toda la censura y cantando Rape me mientras Krist Novoselić se tiraba el bajo en la cara?
¿A Britney con la serpiente albina?
https://www.youtube.com/watch?v=gE2b68tOESA
¿Y el momento más lésbico de la historia de los premios?
El caso es que, después de unos años que nos habían dejado un sabor de boca regular, porque abundaban más los momentos olvidables que las grandes escenas, la entrega de anoche puede que esté al mejor nivel de la historia de los premios. Beyoncé, que se hizo con cinco trofeos por su último trabajo, Lemonade, hizo un medley con algunos de los temas del album, y respetando la estética y los guiños del visual álbum. El resultado es es-pec-ta-cu-lar.
No deja de alucinarme cómo hace lo que hace con una facilidad pasmosa, como si fuese sencillísimo realizar una actuación en directo de 15 minutos, con cambios de vestuario, y mil cosas que podrían salir mal. Están las estrellas del pop, y por encima de ellas y del resto de seres humanos, está Beyoncé.
Otra actuación que se esperaba con emoción, por lo sentimental de la misma, fue la del regreso de Britney Spears después de varios años de silencio musical. La artista de Mississipi no desfraudó, y demostró que, cuando le da la gana y la vida le acompaña, es tan buena como en sus mejores años. Esta actuación inspirada en el videoclip de Scream and shout (o, al menos, recuerda poderosamente a él), supone la carta de presentación de su nuevo álbum.
Rihanna puso el broche final de la noche. Su último número, un medley de varios de sus éxitos, ha resultado ser completamente lo contrario a lo que se esperaba. A veces se le achaca a la cantante de Barbados que no canta, sólo se mueve y baila. Pero Rihanna sabe perfectamente que una de las bases de su éxito es su personalísima voz, y lo ha demostrado en esta actuación, lo más contenida que se le puede pedir.
Por cierto, puedes conocer los momentos más lésbicos de Rihanna en este post antiguo. ¿Cual ha sido tu número favorito de la noche? ¡Cuéntanoslo en los comentarios!