Que Orange is The New Black es una de las series más novedosas de la televisión no es nada nuevo. El tratamiento de los personajes, la variedad, ciertos aspectos de la temática… pero también es pionera en el enfoque que le da al sexo, como bien explica este video que nos hemos encontrado en SheWired. El sexo es una parte enormemente importante de la vida, y si algo hemos aprendido viendo la serie es que la cotidianidad no se para por estar entre rejas, es más, se experimenta todo con más intensidad. Por eso mismo las escenas sexuales que encontramos en OiTNB, en las dos temporadas que llevamos, son crudas, reales y vivas, y un ejemplo de visibilidad, también en la parte que nos ocupa, que es el sexo lésbico.
Los diez primeros segundos de la serie, en su primera temporada, con Piper y Alex en la ducha, son toda una declaración de principios acerca de cómo la creadora iba a tratar el asunto de las relaciones entre personajes. Las dos están cómodas, felices, disfrutando la una de la otra, y a nosotras nos queda una sensación de extrañeza, porque pocas veces antes el retrato de una pareja de chicas haciendo el amor es tan tranquilo y excitante a la par. No se dan un ligero beso, no se rozan la mano, no se acuestan en la cama y se funde a negro. Se tocan, se besan, es real y está pasando delante de nuestros ojos. Pero eso era sólo el principio.
A lo largo de la serie hemos visto de todo: desde apuestas a ver qué reclusa se enrollaba con mas compañeras a destornilladores que cumplían… otras funciones. De sexo oral apasionado en la capilla o el baño a tiernas cucharitas en el catre. De polvos rápidos y sucios en el retrete a escenas de amor en los más caros hoteles. Experimentos entre amigas, por probar, reencuentros que nos dejaron sin aliento, por esperados y deseados, e incluso alguna escena de sexo heterosexual que nos dejó con una sonrisa en los labios. Ha habido tantas variantes como personajes, y en todas las ocasiones la serie ha intentado huir de tópicos, dotando a cada escena de contexto, y haciéndolo necesario para el guión no en el sentido que normalmente se utiliza, tipo “me desnudé por exigencias del guión”, sino dándole una importancia para que la historia continue gracias a eso.
De hecho, el sexo se puede considerar el pistoletazo de salida de toda la historia. Durante la primera temporada, el pilar básico de la serie fue la relación de Piper y Alex. Entonces sabíamos cómo se habían conocido, y cómo habían roto, pero pocos detalles más trascendían del tiempo que estuvieron juntas. Durante esta segunda tanda de episodios hemos descubierto que su relación empezó por un impulso de Piper. Ella no se definía cómo lesbiana, ni como bisexual, pero le encantaba estar con Alex, le encantaba cómo la hacía sentir. Y es más, ella quería hacerle sentir lo mismo. Y lo que empezó como una relación puramente sexual ha derivado en una declaración absoluta e intemporal de amor en el último de los episodios.
Pero, como decía Javier Krahe, no todo va a ser follar. También se habla de follar. Y mucho. Hasta Red y la Hermana Ingalls mantienen una conversación sobre masturbaciones, sexo oral y demás. Muchas veces, por no decir casi siempre, se obvia que las personas mayores tienen vida, preferencias y gustos sexuales. Y aunque estas dos mujeres no sean tan atrevidas como sus compañeras de prisión, la serie no se niega a mostrar esa parte de ellas.
Todo eso hace que nos encante la serie, porque todo forma parte (si, hasta el destornillador) de la vida de la gente, y si de algo trata Orange is the new black es de las ganas de vivir, lo más felizmente que se pueda, y pese a todas las adversidades. La tercera parte muy seguramente seguirá en la misma linea. Ojalá las demás series tomen nota.