Denise y Lorna se conocen el día que la primera es atropellada. Poco a poco, conforme pasa la recuperación, las dos se van abriendo y conociendo: adolescente precoz una, rozando la cuarentena la otra, entre las dos surge una especie de fascinación que seguirá cuando Denise salga del hospital. Las dos van calando en la vida de la otra de un modo tan sumamente natural que a nadie sorprende. Pero Lorna, la adulta de las dos, hace todo lo posible por frenar el torrente de sentimientos que se desborda entre las dos, hecho que Denise, con toda su espontaneidad e inocencia, no entiende. ¿Qué hay de malo en amar a otra mujer?
Lorna es la primera novela publicada de Erika Hav. La autora ha sido capaz de hacer varias cosas que tienen muchísimo mérito, como forjar una historia creíble pero a la vez original, y hacerlo sumergiendo al lector en la dinámica de los dos personajes principales, ambos muy potentes y bien definidos. Aquí no hay escenarios bucólicos ni secundarios innecesarios que aparten la visión de lo verdaderamente importante, la relación de Lorna y Denise. Asistimos con deleite a la forja de un amor que va naciendo de la nada hasta convertirse en un todo. Pero despacio, siempre despacio, y aunque las circunstancias sean difíciles, el drama brilla por su ausencia, gracias a una narración en primera persona de boca de Denise, que nos va enseñando su universo desde la mirada de una adolescente. ¿Que es superdotada? Si, pero no deja de ser refrescante verlo desde ese prisma, desde esa dicotomía entre la inexperiencia y la inteligencia.
He de reconocer que en un primer momento, que la protagonista fuese menor y se llevase más de veinte años con Lorna me supuso un reparo a la hora de seguir leyendo. Pero me alegro de haber cambiado de idea. Erika Hav ha sabido hilar la historia de modo que eso sea casi lo de menos. Una obra in crescendo, con una parte final apoteósica en significado y escritura, que dan ganas de revisitarla unas cuantas veces más. Mención especial para las escenas de sexo, que se merecen un aplauso por reales, medidas y excitantes a partes iguales, algo que no es fácil de encontrar en las novelas lésbicas, más dadas a la fantasía y al efectismo que a otra cosa. Así, las lectoras estamos de enhorabuena: Lorna es ya no sólo un buen primer libro, es un buen libro que merece prestarle atención, así como a su autora, de la que esperamos tener la alegría de recibir más historias. Felicidades.