Navidades: Están a la vuelta de la esquina. La época de cosas tan bonicas como el turrón, los polvorones (en mi casa llevan comprados desde el 1 de noviembre… 😀 Cero arrepentimientos), mantitas, pelis horrorosas de después de comer que al final hasta te gustan, lucecitas epilépticas en la gran via de tu ciudad… precioso.
Peeeero la navidad también tiene cosas no tan maravillosas, como por ejemplo que te toque estudiar para los exámenes de enero, el momento en el que te das cuenta de que ayer te pusiste como una gorda a turrón y ya no queda para hoy Y HOY NO ABREN LAS TIENDAS, o -depende de la suerte que tengas- las cenas familiares.
Y si las cenas familiares pueden ser un drama de por sí, si eres de esas que traen a la novia queriendo (inocente criatura) o sin querer (que el señor se apiade de ti) verás que toda la angustia y vergüenza que has podido pasar en anteriores reuniones familiares crece exponencialmente en estos casos. Ojo, hablo de las reuniones de tios, sobrinos, primos, abuelos, amigos de la familia y la de dios es cristo. En grupos pequeños tienden a comportarse más, o al menos el posible bochorno queda reducido en una agradable parte. Agarraos a esas pequeñas cenas como si vuestra vida dependiera de ello.
Para que a las valientes que vayáis a intentarlo a lo grande este año por primera vez os dé tiempo a prepararos, aquí tenéis varias de las posibles situaciones que se pueden dar:
- Que tu familia decida hablar de todos y cada uno de los vergonzosos momentos de tu vida. Para “romper el hielo”.
- Que tu familia finja ser tan normal que hasta te dé miedo (dejándote como una hija terrible, porque tú ya le habías avisado a tu rubia de lo que se le venía encima. Varias veces. Con ilustraciones via paint).
- Que tu familia no finja en absoluto y te hagan pensar que el día que repartieron la vergüenza en esa familia solo te presentaste tú. No poder mirar a nadie a los ojos.Que aprovechen la situación y la gastronomía del momento para hacer bromas super sutiles.
- Que quieran demostrar ser tan abiertos que se pasen media cena preguntándoos por las famosas que os parecen que están más buenas.
- Que quieran demostrar ser tan abiertos que os pregunten por cada uno de los detalles de vuestra vida juntas. Que no se te ocurra equivocarte en una sola respuesta.
- Que secuestren a tu chica durante toda la noche para interrogarla (y puede que para hacerle un ritual de iniciación a la familia). No saber de ella hasta salir por la puerta de casa.
- Que tu familia le diga a tu abuela que has llevado a una “amiga muy especial” a cenar, y que ella te mire fijamente durante toda la noche. Lo sabe. Y tu sabes que lo sabe. Ella también sabe que tú sabes que ella lo sabe. Todos lo sabemos.
¡Nada puede salir mal! Vosotras pensad en las risas que os echaréis dentro de unos años cuando recordéis el momento. Con suerte vuestra chica no os habrá dejado después de ver de dónde venís y lo que tendrá que aguantar en un posible futuro.
Ahora en serio: si pensáis estrenaros estas navidades, ¡suerte! Y contadnos si se dan situaciones ‘tierra, trágame’ o va todo como la seda. Mientras tanto os dejo un vídeo (bastante americano) con algún que otro consejo que os puede ser útil:
¡Feliz Navidad!