Los Wachowski están convencidos de que su nueva serie, Sense8, es como dicen los anglosajones un game changer, algo que cambia completamente las reglas del juego y que se recordará como algo innovador, un espejo en el que las obras venideras se mirarán. Un Matrix, vaya. Puede ser, y si lo consiguen es porque tienen detrás a Netfix, la todopoderosa y creativa compañía de producción y distribución de contenidos, que les deja completamente a su aire, permitiéndoles, por ejemplo, planear su serie a cinco años vista. Es decir, que la primera temporada no es una temporada como tal, sino simplemente la primera entrega de un todo mucho más amplio. Son poco ambiciosos, ya veis.
No sé si la serie será tan trascendental como la pintan, no soy pitonisa, pero de lo que estoy plenamente convencida es de que hay una escena en el primer episodio de la serie que, esta si, lo ha cambiado todo. Es un hito en la historia de la televisión, un momento al que se hará referencia en años venideros. Y, esto es, que los directores nos han permitido presenciar la primera escena de sexo entre lesbianas en la que una de las componentes de la pareja es transgénero. Esto, amigas croquetas todas, no se había visto jamás en una serie, y menos de la manera en la que está rodado y narrado.
¿Cuantas escenas de sexo entre mujeres habéis visto en las que las protagonistas ruedan sobre la cama, acariciándose mucho el pelo y los hombros, y pensando en que no te lo crees ni haciendo mucho esfuerzo? Innumerables, lo sé porque las he padecido igual que todas vosotras. Pero esta, la de Sense8 entre Nomi y Amanita, es una combinación de ternura, confianza, realismo y sordidez que la hace, bajo mi punto de vista, una de las escenas más perfectas que hemos tenido la suerte de ver. La escena involucra un arnés, algo que tampoco es muy frecuente ver en televisión: me acuerdo de Shane en The L word, me acuerdo de Frankie en Lip service, pero no me parece que sea el mismo tipo de escena. Un arnés significa en estas escenas sexo duro. En Sense8 significa otra cosa, significa confianza. Las que hayáis visto la serie supongo que me entenderéis con más facilidad.
En estos momentos en que la comunidad transgénero está levantando la voz más que nunca, haciendose visible a unos niveles que jamás habían alcanzado, en este punto de la historia en que un heroína nacional estadounidense hace una portada diciendo que siempre ha sido una mujer, y que a partir de ahora quiere que se la llame Caitlyn, la historia de amor de Nomi y Amanita cobra una especial relevancia en el panorama televisivo. Para terminar de hacerlo todo más redondo, Jamie Clayton, la actriz que interpreta a Nomi, el personaje lésbico y trans, es una mujer transgénero a su vez, aunque no es lesbiana, cosa que hemos sabido al descubrir este emocionante video que grabó hace cinco años para una escuela de actores.
La escena de sexo del primer episodio Sense8 entre Nomi y Amanita lo cambia todo, remueve nuestras concepciones sobre tantas cosas que es casi obligado verla unas cuantas veces. El resto de escenas entre ellas sólo hacen que confirmar que estamos ante algo asombroso. No sé si la serie será un éxito o un fracaso, pero solamente el mostrarnos esto es toda una victoria. Para todos.