El nombre de Illma Gore está en boca de todos estos últimos días. Su reciente popularidad nace a raíz del polémico retrato llamado Make America Great Again (el eslogan del republicano Donald Trump en su campaña por la presidencia de Estados Unidos) donde aparece el propio Trump desnudo con unos genitales de tamaño mírame con lupa para verme. Expuesto en una galería de Londres tras ser prohibida su exposición pública en Estados Unidos, ha suscitado todo tipo de comentarios. De hecho, la artista hasta ha recibido numerosas amenazas de muerte. Pero a Illma esto parece darle igual, ya que para ella estas reacciones “forman parte de la propia obra”.
En la propia web de la artista, ella misma destaca la importancia de la obra y de la aparición del pene de Trump en ella ya que “los genitales no definen ni el género, ni el poder” de las personas. Para rematarlo, añade que “puedes ser un imbécil a pesar de lo que tienes en tus pantalones”.
Pues eso, olé sus ovarios. Pero lo realmente interesante es que Illma Gore no ha aparecido ahora de la nada. La artista americana-australiana de 24 años ya ha llevado a cabo numerosas reivindicaciones artísticas, algunas también en favor de los derechos del colectivo LGTBI. De hecho, como ya han hecho otras famosas como Ruby Rose, ella misma se describe como gender-fluid, es decir, que se siente cómoda tanto con los roles de chico como los de chica.
Su reivindicación artística LGTB más sonada se produjo en el 2013. El entonces Primer ministro de Australia, Tony Abbott, categorizó la cuestión del matrimonio igualitario como “la moda del momento”, declaración que no pasó inadvertida por Illma, que decidió actuar. En primer lugar escribió en su perfil de Facebook una dura crítica a las declaraciones de Abbott donde advertía que “como artista y como homosexual hoy voy a pasear por Brisbane sin camiseta… así que supongo que hoy mi camiseta no definirá mis derechos”. Dicho y hecho. La artista, más ancha que larga, decidió coger su bici y recorrer las calles de la ciudad australiana de Brisbane sin camiseta y con una frase pintada en su espalda que rezaba: “Mi camiseta no define mis derechos”.
Aquí podéis ver el vídeo de su periplo.
Toda manifestación artística es bella, pero cuando ésta se mezcla con la reivindicación social alcanza el clímax. Ahora que ya la conocéis, habrá que seguir de cerca a Illma Gore para no perderos nada de su arte polémico, controvertido y digno de los aplausos por parte de todos y especialmente de la comunidad LGTB.