Desde 2008, el calendario LGBT de España marcó con rojo un día clave para su colectivo: el 26 de abril, el proclamado de ahí en adelante como Día de la Visibilidad Lésbica. Una jornada promovida por la FELGTB para “reclamar el papel que les corresponde a las mujeres lesbianas en el espacio público”. Una fecha arbitraria, sin ningún tipo de valor simbólico, que se establecía el 26 de abril por la necesidad de marcar un día en el calendario para visibilizar la lucha de las mujeres lesbianas. Una fecha que se proclamaba cuatro años después de la aprobación del matrimonio igualitario en nuestro país con un objetivo: con el amparo legal ya conseguido, incentivar, animar a las lesbianas de España a ser visibles.
El Día de la Visibilidad Lésbica es una fecha señalada en España que poco a poco se va exportando a otros países del mundo, sobre todo de la zona hispanohablante. En Guatemala, por ejemplo, este año se celebrará la cuarta caminata por la visibilidad de las lesbianas el 30 de abril, en conmemoración al día que estableció España. Pero aunque haya naciones que se hayan adherido a la tradición que se inició en nuestro país en 2008 y aunque en Wikipedia ponga que el 26 de abril es la cita internacional con sede en España de la lucha de las mujeres homosexuales, la realidad es que no es un día que se haya internacionalizado plenamente. ¿Qué pasa en el resto del mundo?
La división del mapamundi es muy sencilla: encontramos países que no tienen establecido un Día de la Visibilidad Lésbica y naciones que sí reivindican en una jornada al año la causa de las mujeres lesbianas. Los países anglosajones (el quinteto más simbólico: Australia, Canadá, Estados Unidos, Nueva Zelanda y Reino Unido), por ejemplo, están en el primer grupo. Para encontrar países que cuenten en su calendario con fechas dedicadas a la visibilidad de las lesbianas tenemos que mirar hacia Latinoamérica.
En Brasil el Día de la Visibilidad Lésbica se celebra el 29 de agosto, en conmemoración al primer seminario de mujeres lesbianas que tuvo lugar ese día de 1996. Otra fecha simbólica, a diferencia del caso de España, es la que se eligió en Argentina para reivindicar la lucha de las mujeres homosexuales: el 7 de marzo, el día de 2010 en el que Natalia “La Pepa” Gaitán fue asesinada por el padre de su pareja en un flagrante caso de lesbofobia. En el resto de países latinoamericanos (en algunos de ellos) se celebra el Día de la Rebeldía Lésbica el 13 de octubre. En 1987, ese día, México acogió el “Primer encuentro Lésbico Feminista de Latino América y el Caribe”.
De esta heterogeneidad de fechas se desprende una conclusión lógica: no hay un día concreto y consensuado a nivel internacional en el que se reivindique, en todo el mundo, la visibilidad lésbica. Otras minorías dentro del colectivo LGBT sí tienen una fecha fijada para que, no solo ellos, sino todos, apoyemos y reivindiquemos su lucha sin importar las fronteras: las personas transexuales el 31 de marzo; las personas bisexuales el 23 de septiembre; las personas intersexuales el 26 de octubre… Y, claro está, el 28 de junio y su simbólico mes, día en el que todas y todos nos unimos para celebrar el Orgullo LGBT. O el 17 de mayo, el Día Internacional contra la homofobia, la transfobia y la bifobia, otra fecha que concierne a todo el mundo.
Esta historia tiene dos lecturas. O bien nos lamentamos de que no haya un día al año en el que todos los países del mundo visibilicen a las mujeres lesbianas, o nos alegramos de que, los países que sí tienen fechas en su calendario, aunque no sean todos, las hayan establecido en diferentes días, porque ese es el quid de la cuestión: que dan igual veinticuatro horas simbólicas. Tenemos que ser visibles y estar orgullosas todos los días del año.