Que Los Simpson es la familia de animación más conocida a nivel mundial de la televisión es una afirmación tan creíble como que la serie de Matt Groening ha perdido lustre de un tiempo a esta parte. También es razonable: desde 1989 en antena y 27 temporadas a sus espaldas pesan a cualquiera, aunque los personajes amarillos nos hayan dado muchas alegrías. Así que con la sombra de su despedida definitiva de la televisión, Groening y compañía recurren a pequeños guiños populares para mantenerse a flote, algo en lo que, por otra parte, siempre han sido expertos. Como el episodio que cierra la temporada 27 de la familia americana, Orange Is the New Yellow. ¿Os suena de algo?
La “ideal ama de casa” estadounidense, Marge Simpson, da con los huesos en la cárcel por dejar ir solo al parque a su hijo Bart. Una negligencia con la que se desarrolla el resto del episodio homenaje a Orange Is the New Black, aunque en realidad la trama gira más entorno a los eternos intentos de Homer de sacar a flote a su familia en ausencia de su mujer. Amén de que la idea de Marge en prisión ya la desarrollaron los creadores en otro episodio de la cuarta entrega de la serie, Marge encarcelada, estrenado allá por 1993, donde Groening ya pu la incapacidad de Homer de mantener en orden su hogar.
La principal crítica de Orange Is the New Yellow es precisamente eso, que los creadores hayan vuelto a recurrir a la manida torpeza del patriarca Simpson como eje de la trama en vez de centrase más en la gran oportunidad que tenían para homenajear a la serie de Netflix. De hecho, los únicos guiños a las reclusas de Litchfield durante todo el episodio, aparte de los monos naranjas con los que Marge tiene que decir adiós a su sempiterno vestido verde, son los breves “cameos” de Crazy Eyes y Red dibujadas al más puro estilo de los habitantes de Springfield. Aunque tenemos que reconocer que estos pequeños guiños a la serie nos hacen tener cada vez más ganas de que llegue el 17 de junio y se estrene la cuarta temporada de las reales internas que pusieron de moda el naranja.
Vía: IGN