Podéis enviar los textos (preferiblemente que no incluyan ninguna imagen) a la dirección de correo que figura en el banner, con el asunto “La croqueta libre”. Los textos se leerán para escoger, pero no se editarán. Es decir, que si tu texto se ajusta a la temática de la web, lo publicaremos, pero sin corregir las posibles faltas. Los textos deben ir firmados con nombre o seudónimo.
El Orgullo es un circo.
El Orgullo es comercial.
El Orgullo no sirve para nada.
El Orgullo da asco: tíos en bolas delante de los niños y bollos dándose el lote.
El Orgullo no tiene sentido: os podéis casar, es algo exagerado, ¡ya vale!
El Orgullo es un disparate: yo no me siento orgulloso de mis prácticas sexuales.
El Orgullo es clasista y racista, no deja bastante espacio a los trans, a las mujeres, los bisexuales, a los cis.
El Orgullo es más necesario que nunca, a pesar de sus limitaciones.
Se avecinan tiempos difíciles, ya lo intuimos cuando Shira Banki, una Ally, una aliada que venía a defender valores de tolerancia e igualdad, fue asesinada en el Orgullo de Tel Aviv. La intolerancia crece y debemos acostumbrarnos a vivir con ella, a ir al Orgullo pensando que una bomba puede explotar allí como puede hacerlo en un supermercado o también en un bar de ambiente como en el Pulse.
Pero seguiremos yendo al Orgullo, con la cabeza bien alta, no aceptaremos que ganen el oscurantismo y el odio en todas sus manifestaciones.
No volveremos atrás como quieren algunos, no volveremos a la homosexualidad tapada, vivida a escondidas, no renunciaremos a todo lo que hemos ganado poco a poco. Somos visibles y lucharemos por defender nuestros derechos y por la gente perseguida por amar.
No olvidaremos a las víctimas del Pulse, diversas como la vida misma.
No puedo dejar de pensar en la frase de Harvey Milk: «Si una bala destruye mi cerebro, dejad que esa bala destruya las puertas de todos los armarios»
No volveremos a los armarios a pesar de las balas.
.- Stéphanie