Gracias a los acuerdos que Netflix tiene en cada uno de los países en los que está asentado, las espectadoras podemos disfrutar de producciones locales y nuevos proyectos que, de otro modo, estarían dirigidos a un mercado mucho más minoritario. México es uno de los países más fructíferos en este sentido, y tras Club de Cuervos, que fue un gran éxito, la plataforma de contenidos estrenó el pasado fin de semana Ingobernable, una producción muy, muy esperada por varios motivos.
El primero, como no podía ser de otro modo, es por su protagonista y su bagaje en la vida real. Kate del Castillo estuvo involucrada hace unos meses en un escándalo de dimensiones internacionales al hacerse pública su relación con uno de los narcotraficantes más buscados del mundo. De hecho, este episodio ha influído en la producción de la serie, ya que la actriz está llamada a declarar en México y ella, que se niega en redondo, sabe que si pisa suelo mexicano será detenida inmediatamente, lo que ha hecho que tenga que ser utilizada una doble para sus escenas por las calles mexicanas (que son muchas, por cierto). Empezamos bien.
La premisa de Ingobernable es atractiva: el Presidente de México muere de manera sospechosa tras una discusión con la Primera Dama y esta, principal sospechosa, emprende una huída hacia delante que la llevará a sitios en los que jamás pensaba haber estado. Un poco El Fugitivo, un poco Scandal, otro poco cualquier telefilme de fin de semana, el primer episodio de la serie ya deja claro por cual de sus referencias se decanta, y en el resto de capítulos se afianza en su mamarrachismo mal llevado y en su total despreocupación por parecer minimamente veraz. Minimamente.
Las ficciones se basan en la empatía. Obviamente yo, que no seré nunca Primera Dama de México, no puedo sentir exactamente lo mismo que se me está mostrando en pantalla. Pero sí puedo empatizar con el personaje si me lo presentan de manera adecuada. Con esta historia es imposible, ya que el personaje de Kate del Castillo es Lara Croft a tiempo parcial, desplegando una serie de habilidades militares inesperadas que ríase usted de los protagonistas de Person of Interest mientras corre (su doble) durante horas por las calles de DF con tacones de aguja y una sudadera de rapero. Mención especial merece, por cierto, su cosplay de ET al final del primer episodio.
Por otro lado, los secundarios son lo mejor de la serie. Entre ellos encontramos a Eréndira Ibarra, a quien las fans recordarán de Las Aparicio, en el papel de Jefa de la oficina del presidente. Eréndira está sobria, comedida, y perfectamente disfrutable en su papel de villana sufriente.
Para alegrarnos la historia, tenemos parejita croqueta, la formada por María Nava Urquiza(Alicia Jaziz) y Daniela Hurtado (Marianna Burelli). La primera es la hija del presidente Peña Nieto Urquiza, y la segunda, que está casada con otra mujer, trabaja para su padre. Las dos mantienen una relación clandestina que se va mostrando durante la temporada, con algunos puntos con los que logramos seguir manteniendo la atención. Daniela y María nos hacen seguir viendo esto, pese a las rastas de Maxi Iglesias, que son lo más postizo que he visto en mucho tiempo.
En fin, no sé. Si tenéis una tarde de sábado tonta y un par de botellas de vino, Ingobernable puede daros muchas risas. Yo recomiendo verla en compañía, porque así todo es mejor, pero si lo hacéis solas y os quedáis dormidas no os molesteis en rebobinar. Seguid para delante en vuestra huída, como haría la Primera Dama.