Hace unas semanas os hablaba de Laya II, el masajeador de la nueva Black Line de Fun Factory. Hoy vengo a contaros qué me ha parecido un vibrador de punto G de la misma línea que seguro que os va a encantar…
Se llama Tiger, y promete una noche salvaje. Es uno de los superventas que forma parte de la generación 5 de vibradores de Fun Factory en otros colores, pero han diseñado una edición exclusiva en el negro más elegante. Tiger mide 21,5 cm. de largo y tiene un diámetro de 4 cm.; es decir, un tamaño bastante razonable (en comparación con Big Boss, que mide 23 cm. de largo por 4,6 cm. de diámetro).
Una de las características más destacables de este vibrador en cuanto al diseño es su cuerpo en texturas, fabricado en silicona médica. Tiene varios anillos, a diferencia de otros juguetes totalmente lisos, que resultan agradables durante la inserción y mientras está dentro. Además, es ligero y muy muy flexible y te permite moverlo a tu antojo, adaptándose perfectamente a tu cuerpo (esto se llama FlexiFUN, es una tecnología patentada).
Por ello, la punta está ligeramente curvada para llegar mejor al punto G. Y, para acabar, el mango es comodísimo a la hora de utilizarlo, porque puedes utilizarlo como gancho y no se te resbalará de las manos (ni siquiera si las tienes húmedas por el lubricante o… ya sabes).
Quisiera añadir que el Tiger ganó en 2016 el premio Reddot por el mejor diseño, y vaya si se nota.
Con respecto a la parte interna y más tecnológica, os puedo decir que Tiger tiene un solo motor, pero muy potente, que recorre todo el juguete. De hecho, me arriesgaría a decir que se trata de uno de los vibradores de punto G más potentes que he probado. Tiene 6 ritmos y otras 6 intensidades de vibración para que puedas jugar con las diferentes combinaciones.
Es resistente al agua y se recarga mediante cargador magnético (ya os hablé de él en la reseña de Laya II). Por último, la interfaz es tan intuitiva como el resto de juguetes Fun: botones +, – y FUN. Por si te pillan, puedes parararlo del todo gracias a su función QuickSTOP, e incluso bloquearlo por si tienes que llevártelo a algún sitio.
Tiene una luz indicadora de carga que te va diciendo en qué porcentaje está cargado tu juguete (por si te urge mucho el orgasmo y lo tienes en menos de 33%, entonces es mejor que lo dejes cargando un rato más, porque no puedes usarlo mientras está cargando).
El único problema que le he encontrado a Tiger es que es de textura tan aterciopelada que, si no lo guardamos bien, se pegan las motas de polvo en la silicona. Por eso es importante lavarlo siempre antes de utilizarlo.
Os recuerdo que para este tipo de juguetes siempre es más agradable utilizarlos junto a un lubricante. Al estar fabricado en silicona médica debéis usar un lubricante de base agua (como ESTE) para no dañar el motor. ¡Ah! Y también podéis usarlo de forma anal, lo cual es una idea buenísima porque la textura de los anillos resulta superagradable para esa zona.
En resumen: Tiger es un juguete cómodo de utilizar, tanto en solitario como en pareja. Tiene varias opciones que mejoran el confort durante su uso, es potente y silencioso y tiene un diseño que seguro que te resulta superexcitante. Olvídate del león, porque ahora Tiger es el rey de la selva.
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