Ya sabéis que los masajeadores me vuelven loca, eso no es ninguna sorpresa. Justamente porque me gustan tanto no soy demasiado exigente: solo pido que sean muy muy potentes y lo más silenciosos posible. Hace tan solo un par de días que ha salido a la venta Laya II, un masajeador de Fun Factory reinventado, y yo he tenido la suerte de probarlo y morirme porque es de lo mejorcito que he probado en lo que llevo de año.
Como os comentaba, Laya II tiene un antecesor, Layaspot. En su momento tuvo mucho éxito porque además de como estimulador para el clítoris se vendía para estimular otras zonas y relajar el cuerpo. No obstante, Layspot funcionaba con pilas, lo cual era una faena, porque además de hacer un poquito de ruido era solo impermeable (que no sumergible). Y ya que estamos, los colores tampoco me gustaban mucho: me parecían las combinaciones de colores que hay en conjuntos deportivos para jugar a padel.
Pero ya está todo solucionado, porque Laya II viene pisando fuerte, dispuesto a conquistar a los clítoris más exigentes. En una imagen:
A diferencia de Layaspot, Laya II funciona con batería y, en concreto, con cargador magnético. ¿Qué ventajas tiene esto? Pues que no tenemos que introducir la clavija del cargador en ningún agujero, reduciendo así el riesgo de que entre agua. Podéis verlo mejor aquí:
Por tanto, es 100% resistente al agua, perfecto para darte un baño relajante y dejar volar tu imaginación. Es más potente: dispone de 4 intensidades de vibración y 6 ritmos diferentes que puedes combinar a tu gusto.
La interfaz es muy intuitiva y funciona con tres botones: el FUN, el + y el -. Como la mayoría de juguetes Fun Factory, al pulsar el botón FUN el juguete deja de funcionar. Perfecto si vives al límite y lo usas con el riesgo de que alguien te pille. Esa misma tecla, pulsada junto a la de -, bloquea por completo el juguete para que no se ponga a vibrar mientras viajas o lo transportas.
Una de las cosas más destacables de este juguete: que es ergonómico. Se adapta muy bien al cuerpo femenino y los botones están estratégicamente situados para que sea muy sencillo utilizarlo. Es cierto que, si estamos acostumbradas a otros masajeadores, al principio nos costará un poco encontrar la posición ideal para Laya II (a mí me ocurre), pero enseguida se adapta. Aclaro que no es un juguete pensado para la introducción, sino para la estimulación externa, por eso tiene esta forma y sus medidas no son demasiado grandes: 10, 5 cm. de largo y 4,1 de ancho.
Si nos fijamos en el físico de Laya II vemos que es muy elegante: completamente negro (forma parte de la Black Line, una colección de juguetes increíbles en un acabado negro). Está fabricado en silicona médica y el tacto es suave y agradable. Lleva una capa de silicona blanda que lo hace todavía más cómodo, pero suficiente para que el juguete no resbale mientras lo usamos.
En resumidas cuentas: la gran ventaja de Laya II es que es un juguete superversátil que ofrece miles de posibilidades. Puedes usarlo en solitario para masturbarte (o liberar tensiones masajeando otras zonas no erógenas de tu cuerpo) o bien en pareja, dándoos un buen masaje y luego estimulándoos donde más os guste. Como tiene varios ritmos e intensidades, es perfecto tanto para primerizas en esto de los juguetes como para mujeres más experimentadas y exigentes.
¿Quieres hacerte con Laya II? Páste por AQUÍ.