¿LGBTfobia? No, de eso no tenemos niña, sólo masibom. Porque, como bien sabréis porque os lo habrá contado vuestro cuñado, el rechazo a las personas por su orientación sexual es una cosa muy antigua, que no se da en ningún sitio, excepto en determinados países en los que te matan. No hay grises: o país de la piruleta o lapidación. Pero la experiencia por la que ha pasado Alicia Verdier, una fotógrafa estadounidense, ha sucedido en Texas, y ella ha decidido contarla para que veamos cómo está el patio.
Resulta que Alicia estaba hablando con una clienta sobre la posibilidad de hacer las fotos en la fiesta de cumpleaños de su hija de cinco años. Todo iba bien, hasta que, de repente, la cliente no contestaba a los mensajes. Cuando reapareció, le hizo la siguiente pregunta:
—¿Eres lesbiana?
Le dije “sí, soy lesbiana” y que no era ningún secreto: el filtro de arco iris en mi foto de perfil envía un mensaje bastante claro. También le dije que había trabajado con varias personas LGBTQ y parejas en el área, y me sentía orgullosa de poder decirlo. Los mensajes que recibí de ella después de eso estaban llenos de vitriolo y odio. Me hizo saber que no había forma de que me contratara, que no tenía ninguna posibilidad de trabajar con bebés y niños; ella no quería que mi “estilo de vida” le diera a su hija la idea de que ser homosexual era aceptable. El día que recibí estos mensajes de esta mujer, los publiqué en mi página de Facebook, para que todos sepan que fotografío personas de todos los ámbitos de la vida y que no discrimino. Perdí bastantes fans en mi página ese día, pero me pareció importante decirlo.
Pero la mujer siguió con su campaña de odio, y publicó opiniones negativas de Alicia y su trabajo, incluso en otros foros. Como es normal, la fotógrafa sintió que esto podía afectarle de verdad a nivel profesional, lo que hizo que se viniera abajo.
Vivo todos los días tratando de mostrar orgullo por mis hijos, porque quiero que siempre sepan que deben amarse a sí mismos y a los demás, tal como son. Pero al leer sus palabras, no me sentí orgullosa; Me sentí un poco rota.
Desde que publicó su experiencia en la web equalitytexas.org, los mensajes de apoyo que le llegan se cuentan por cientos. Este caso recuerda al de Faith Grace, fotógrafa lesbiana de Alabama. Es inaceptable que, en 2018, haya personas que se dediquen a infundir odio de esta manera, pero al menos tenemos la certeza de que sigue habiendo personas decentes allá afuera.
Vía: equalitytexas.org
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