Hay veces en la vida que no sólo apetece leer un libro. No, no. Lo que apetece es meterse entre pecho y espalda una buena serie de cuantos más libros mejor. De esas que permiten conocer bien a los personajes, encariñarse con unos y no llegar a congeniar del todo con otros, y subirte a la montaña rusa emocional que son sus peripecias porque, seamos sinceras, un poco más de emoción en la rutina diaria nunca viene mal.
Si esto es lo que andáis buscando, no desesperéis, porque la serie Pink Bean es lo que queréis. Con nueve libros publicados, por ahora, pero que llegarán al menos a doce, como ya ha reconocido Harper Bliss, su escritora, Pink Bean es The L Word hecho libro.
Aquí, en vez de tener el Planet, tenemos el Pink Bean. Y será el café el punto neurálgico del que surgirán amistades, relaciones, etc, entre sus trabajadoras y clientas habituales. Cada uno de los libros se centrará en uno o dos personajes, mientras que los demás, a los que ya habremos conocidos en otros libros o conoceremos en los posteriores, actuarán como secundarios para no perder de vista cómo les van las cosas.
Con una serie siempre se puede correr el riesgo de caer en la repetición, de que los personajes sean calcos unos de otros y la historia que se esté contando sea una y otra vez la misma. Esto no es un problema para Harper Bliss. Sin inventar nada nuevo y siguiendo los patrones más clásicos de la novela lésbica romántica que tanto nos gusta, se atreve con historias y personajes diferentes de los que con tanta frecuencia nos encontramos en estos relatos. Una serie repleta de libros con la que pasaréis un muy buen rato y que os harán querer formar parte del, cada vez más grande, club de fans de Harper Bliss.