Hay cositas que tienen su momento, y cuando su momento pasa, hay que ser cuidadoso cuando se recuperan. Por ejemplo, los thrillers eróticos. Los noventa dieron luz a películas como Instinto Básico, Showgirls, Striptease, Wild Things y, en general, cualquiera en la que saliera Michael Douglas. En aquel momento nos fliparon, y tenía sentido, pero en pleno siglo XXI te pueden salir churros como Aguas profundas, que en vez de sonrojarte daba risa. Y este, seguro además, es el caso de Strictly Confidential.
La premisa, pues bueno, tiene pinta de thriller: Una joven atormentada se ve atraída por un mundo de seducción y traición mientras trata desesperadamente de descubrir el misterio que rodea el suicidio de su mejor amiga. “Un mundo de seducción”, wow. Pero cuando vemos el trailer pasamos de Eyes wide shut a taparte la cara con un cojín.
“Un mundo de seducción”.
Efectivamente, tiene todos los ingredientes que estás viendo: una isla paradisíaca, gente vestida todo el rato como en la Isla de las tentaciones, robos en consultas psiquiátricas, escenas con luces rojas sin venir a cuento y una Liz Hurley que está ahí porque la película la dirige su hijo y queda feo irse corriendo. Es TERRIBLE. ¿Cuando quedamos para verla?