No es la primera vez que las leyes anti-gays de Rusia intentan que una película con contenido LGBT no se distribuya en el país. Ya lo intentaron (con poco éxito, por cierto) con La vida de Adèle, y ahora, escudándose en la protección a los niños, y todos esos cuentos que se cuentan a sí mismos para disfrazar su homofobia flagrante, se han propuesto lo mismo con Pride, una de las películas del año. Dirigida por Matthew Warchus y basada en una historia real, Pride nos retrotrae a 1985, la época en la que los mineros británicos comenzaron una auténtica batalla campal contra el gobierno de Margaret Thatcher para protestar por sus derechos. En las entrañas del Londres más bohemio, un activista gay llamado Mark tiene, de pronto, una revelación: los mineros están siendo marginados. Los gays están siendo marginados. ¿Por qué no hacer de todo esto una causa común y recaudar dinero para los manifestantes y sus familias?
Британская комедия «Гордость» о совместной борьбе ЛГБТ и шахтеров в кино с сегодняшнего дня! https://t.co/kRqWfdCMJb pic.twitter.com/SZ4nBcQjFV
— Arthouse.ru (@arthouseru) August 13, 2015
La táctica que usan los ultraconservadores es muy, muy perversa. Las películas con contenido LGBT solo pueden ser vistas por mayores de 18 años, así que envían a menores a las salas de cine para que la policía actúe y cierre las salas. Ya veis, todo muy sano. El caso es que Arthouse, una distribuidora rusa, se va a encargar de que la película se vea, a pesar de todas las dificultades, en el país de los Zares. Fue la misma compañía que hizo posible que ahí se viera, gracias a un control sobre los espectadores y sus edades nunca visto, la polémica cinta de Kechiche. Afortunadamente sigue habiendo personas dispuestas a luchar por las libertades.
Vía: Variety