Se cumple un año de La vida de Adèle, una de esas películas que es imposible que te dejen indiferente. Alabadísima por unas, odiada hasta la muerte por otras, cada una tiene su opinión, y el staff de Hay una lesbiana en mi sopa, también.
Emma Mars:
De La Vida de Adéle no me molestaron ni sus escenas sexuales ni cómo está planteada la historia. Creo que Kechiche supo captar muy bien la urgencia del primer amor, el hambre (sexual, también) que todos experimentamos a esta edad, el error de amoldarse a las necesidades de esa persona y la desesperación cuando se acaba. Estos sentimientos están ahí, bien en forma de metáfora culinaria, bien en primerísimo plano durante las polémicas escenas sexuales.
No obstante, mi decepción con la película viene a que me esperaba mayor carga emocional, quizá una mirada más femenina de lo que es el amor entre dos mujeres. Porque para mí los sentimientos que se despiertan entre dos mujeres no se pueden resumir solamente en una pasión sexual, carnal, desatada (que también), sino que van mucho allá. Son algo más profundo y desde mi humildísimo punto de vista eso Kechiche no lo supo captar.
M:
A mi quitadme el carné porque… No la he visto. Y no creo que encuentre ganas para verla en mi vida xD
Marca:
Más allá de si me gustó o no la película, y de enumerar las numerosas virtudes que tiene, así como otros tantos fallos, cabe preguntarse una cosa básica: ¿De qué va La vida de Adèle? ¿Es una película sobre experimentación? ¿Sobre el primer amor? ¿Sobre el deseo? Pues de todas y de ninguna. La perspectiva de insustancialidad que planea sobre toda la película hace que todo se emborrone, y te quede una historia en la que, francamente, lo que menos importa es que la relación sea entre dos chicas. Emma podría haberse llamado François y nos hubiese dado lo mismo. Entiendo que el director no buscaba hacer algo trepidante, pero el resultado final más parece un docudrama que una película con una historia detrás. La vida de Adèle no engaña en su título, es la vida, sin más florituras, de una maestra de escuela.
Mención aparte merecen las escenas de sexo. Muchas opinan que Kechiche se ha cebado en el morbo de ver a dos mujeres en la cama, que ha hecho una película que enfoca el sexo desde una perspectiva masculina, y no sé cuantas cosas más. Yo no estoy de acuerdo en nada de eso. ¿Cuantas veces hemos visto a una pareja heterosexual en pantalla haciendo exactamente lo mismo? ¿Existe una ‘perspectiva masculina’ a la hora de ver una escena de sexo? Lo que más me chirría es, en todo caso, que la supuesta inexperiencia de Adèle se desvanece al primer segundo. Pero poco más. En todo caso, debemos agradecer a la cinta haber puesto una relación lésbica, aunque a todas no guste, en primera fila cinematográfica. Y ese es su principal mérito.
Deepah Mehta:
Pese a que las miles de opiniones circulantes me arrebataron el glamour del descubrimiento, he de decir que sí a Adele. Un sí rotundo. Creo que es tierna y realista, creo que Adele está soberbia y conmueve. El problema principal yo creo, es que mucha gente pensó que se iba a encontrar una película romántica y en realidad la película no trata de eso. Trata de una relación amorosa tóxica, basada en una atracción física incontrolable pero en nada más. Atracción que cuando se extingue por una de las partes, desvela la realidad: que Adele es adicta a Emma y que a Emma le divertía el control que tenía sobre Adele hasta que se aburre de ella, porque es una persona simple, sin más aspiraciones. Me gusta el enfoque de la incondicionalidad de Adele hacia Emma, mientras espera a recuperar su atención. Y la soledad que eso conlleva al darse cuenta de que ese deseo animal ya no existe en Emma. Creo que las escenas de sexo tienen total y absoluto sentido y reflejan a la perfección esa obsesión mutua, esa conexión puramente física que se despiertan en la otra. Ese a mi parecer es el problema de que no se entienda la escena de sexo. Mucha gente esperaba una historia de amor, con la “primera vez” de Adele y lo que eso se supone que conlleva: torpeza, nerviosismo, ternura. Pero eso es lo que a muchos les gustaría que fuera la vida de Adele, no lo que es, a mi parecer.La vida de Adele va de otra cosa. Son dos personas que se atraen con una intensidad bestial, pero que no tienen absolutamente nada que las una más allá de eso. Y refleja lo que una relación basada en eso conlleva. Creo sinceramente que la historia tiene sentido de principio a fin.
Gio:
Esta película la ví con mi pareja y (a riesgo de que me excroquecomulguen) nos pareció aburridísima.
Yo leí y me encantó la novela gráfica, a pesar de la inevitabilidad de la maldición de la lesbiana muerta. Es una obra preciosa, sencilla, una historia de amor linda y triste… que no tiene NADA que ver con la película. Que la novela se la pasaron por el forro, pues.
El guión es lánguido y aburrido. Las escenas de sexo -sí, sí, me uno a la controversia- son exageradas, nada delicadas, innecesariamente largas, más propias de una porno para hombres que de una película que retrate el amor entre dos mujeres. De verdad, si quieren me despellejan pero a mi me parece que Abdellatif Kechiche sólo estaba cumpliendo su propia fantasía típica machista en vez de ser fiel al film y a la historia. Y no me hagan, por favor, hablar del final.
Syx:
Sobre La Vida de Adèle tengo dos opiniones, una está claramente sesgada por la lectura del buen cómic que es El azul es un color cálido y lo que percibo casi, por ponerme un poco dramática, como una bofetada a la obra de Julie Maroh. La otra intenta olvidarse de que se trata de una adaptación. Centrándome más en esta última, me parece simplemente una peli aburrida. Tuve la sensación de estar más tiempo viendo comer a la protagonista (y duchándose, y bailando) que viendo cómo avanzaba la trama. El trasfondo del personaje de Emma queda en esbozo a pesar de ser una película de más de dos horas de duración. Y luego está el sexo… Al principio la escena no está mal… Luego se hace larga, impersonal. Al final medio cine, y me incluyo, se estaba partiendo de risa. Igual lo habéis intuido pero no me gusta La Vida de Adèle. Tampoco es que me disguste por completo, pero no gastaría otros ciento ochenta minutos de mi vida revisitándola. Me quedo con la historia de Clémentine.
Riatha:
A mí la verdad es que la película me gustó. Igual es porque me habían hablado tan mal de ella que me sorprendió muy gratamente, pero me gustó bastante.
No había leído la novela gráfica antes, así que no sabía muy bien qué iba a ver. No fue la película de mi vida, pero estuvo bien.
Glow:
Cuando me decidí a ver La vida de Adèle en el cine, al poco tiempo de que la estrenaran, me vi enormemente sorprendida por una película francesa DE TRES HORAS. Dejando a un lado el trastorno temporal con el que salí del cine, sin saber siquiera si ir a cenar o acostarme con mi chica (porque una de las explícitas escenas de sexo dura en torno a los 7 minutos), la película dejó en mí una impresión bastante buena, si bien es verdad que se podrían haber eliminado muchas escenas sin sentido ni diálogo que solo aumentan la duración.
En cuanto a la historia, me pareció buena no por la inventiva que tuviera su autor (de hecho me parece bastante inverosímil) sino por la capacidad que han tenido de hacerla creíble en una película en la que no sabes exactamente de parte de qué personaje ponerte. A mi parecer, reflejan caracteres muy generales y con los que te puedes sentir fácilmente identificada.
Scout:
Voy a disculparme de antemano aferrándome a esa idea que habla sobre la importancia de la actitud del espectador en la compresión de la obra.
La Vida de Adèle me granjeó varias cosas; un desencaje de mandíbula en ciertos momentos – sí, esos – que, desde mi punto de vista, rozan lo excesivo – a la par que extraño – una fascinación absoluta por el cuidado trabajo sobre el concepto ‘azul como color cálido’, la certeza de que era una historia diferente a la del comic – no sabría decir si mejor o peor, pero otra – y un desasosiego terrible, que combinado con la angustia vital en que te sume el final de la película, me duró varios días.
Por lo demás creo que es muy buena, y nunca le estaré suficientemente agradecida por haberme descubierto a Adele, mi futura mujer.
Charlie Von Bleicken:
Aún recuerdo la primera vez que vi La vida de Adèle, (no es que la haya visto más veces pero si he pensado y divagado sobre ella) y lo primero que pensé: “¿por qué me siento tan mal al ver la vida privada de esta chica? Y ¿por qué me hacen participe de ella si ni siquiera quiero verlo?” La verdad es que lo que me pareció morbo en un primer momento se acabó convirtiendo en la sensación de estar viendo algo que no debía y ahí reside el encanto de La vida de Adele porque no, no es una simple película. Da un paso más y nos hace participes en la totalidad de la vida de alguien, como si miráramos por un agujerito y de esta manera consigue saciar el primer motor del ser humano: la curiosidad.
Toast:
Vi la mitad de la película y me aburrió, no sabía que era tan emocionante. Me puse a ver Her, prefiero la voz de Scarlett.