Ayer fue un día que pasará a la historia del baloncesto español. Nuestras chicas lo han conseguido, se han traído para casa una medalla olímpica, y de qué manera lo han hecho. La selección femenina de baloncesto, durante estos Juegos Olímpicos de Rio, ha conseguido emocionar a fanáticos, seguidores ocasionales y ateos por igual. Las chicas se llevan una merecidísima plata que se una a un palmarés que este equipo se ha encargado de ir engrosando en los últimos años, con una plata en el Mundial de 2014 y un bronce en el Eurobasket de 2015.
A pesar de haber salido derrotadas por las todopoderosas jugadoras del Team USA, quienes llevan 8 oros, 6 ganados de forma consecutiva, contra los 3 conseguidos por el resto del mundo (abusonas), esta selección nos ha dejado un muy buen sabor de boca. Han jugado lo mejor que han sabido hacerlo, y qué bien es cómo lo hacen, oye, y nos han hecho disfrutar con el tremendo campeonato que se han marcado todas, y cada una de las jugadoras de la plantilla. Sólo hemos perdido contra una selección (y qué selección, madre mía) y yo, y vosotras también deberíais, me quito el sombrero ante ellas, porque han hecho una demostración de lo que es el buen baloncesto.
Las medallas ayer estaban repartidas antes del salto inicial. Yo, que me ilusiono fácil, creí que alguna posibilidad, aunque nimia, tendríamos después del fantástico primer cuarto donde Torrens y compañía consiguieron mantener a raya al equipo de capitaneado por Sue Bird. Pero pronto cogieron ritmo y claro, a ver quien es capaz de pararles los pies a estas mujeres. A Taurasi le entraba TODO de manera escandalosa, Griner, es indefendible, Whalen juega a otro nivel, para Delle Donne no tengo palabras… y así podría seguir con todas. Pero no vengo aquí a alabar al Team USA, que se lo merecen, también, pero le sobra gente que las bañe en zalamerías, sino que vengo a decirle cosas bonitas a nuestro equipazo nacional.
Durante la segunda mitad estuvieron poco finas con los tiros, pero no se dieron por vencidas en ningún momento. Ni siquiera cuando estaban veinte abajo y aquello estaba visto para sentencia bajaron los brazos, allí continuaron, plantándole cara a las norteamericanas con uñas y dientes.
Hay que reconocer que Team USA juega a otro nivel. Tanto desde el punto de vista técnico como físico, son inalcanzables, por eso, poder decir que somos las segunda mejor selección del mundo después de ellas no es moco de pavo y es algo de lo que podemos estar muy orgullosos. Nos hemos ganado el título de manera justa y dejando bien alto el pabellón español. Así que, desde aquí, Nicholls, Xargay, Cruz, Ndour, Torrens, Palau, Gil, Domínguez, Romero, y Pascua, enhorabuena. Os merecéis esta medalla y, si seguís jugando como lo habéis hecho, segurísima estoy de que no será la última que vayamos a celebrar con vosotras en el futuro próximo.