Soy una gran amante de los masajes, no te lo puedes ni llegar a imaginar. Me transportan a lugares maravillosos, a un limbo en el que logro relajarme al tiempo que suelo tener ideas grandiosas. Y todo ello en el entorno más sensorial posible. Tengo a mi masajista de confianza cerca, en mi ciudad, pero aun así me encanta conocer lugares nuevos. Y pensaba que ya sabía de lo que iba eso de los masajes, hasta que probé un spa experiencial de Madrid y descubrí una experiencia totalmente nueva. Productos específicamente diseñados para cada tratamiento, una banda sonora creada para cada momento y una cálida bienvenida, ¿acaso hay algo mejor?
Lo que aprendí de ese masaje tan especial es que, algo que conocemos puede transformarse en la mayor de las experiencias con el entorno adecuado. Recordé esta idea cuando vi, por primera vez, los productos de Biird: juguetes eróticos minuciosamente creados para ofrecernos el placer que conocemos de un modo que todavía no hemos explorado.
Biird es una marca nacida en los Países Bajos dirigida por mujeres que pretende romper los tabúes de la industria de productos eróticos: ofrece juguetes muy placenteros y también muy bonitos que desafían todo lo que conocemos hasta la fecha, porque nos invitan a sumergirnos en su mundo, el mundo de Biird. Productos para dar placer con un buen diseño, alta calidad y accesibles. De hecho, tienen una iniciativa que consiste en que por cada juguete comprado a través de su web, plantan un árbol gracias a su colaboración con Onetreeplanted.
Con todo este contexto, yo ya me sentía muy seducida por la marca. Primero, por sus valores. Segundo, porque tenía muchas ganas de conocer todo lo que hay alrededor de sus juguetes. El afortunado de ser el primero ha sido Namii, un estimulador de clítoris que, además de ser top ventas de la marca, resultó ganador del European Product Design Award en 2022.
Aviso: este juguete es tan tan tan bonito, que probablemente vas a leer la review con más fotos de la sección.
Lo que más llama la atención de Namii, a simple vista, es su forma delicada y redondeada. Tiene una forma ideal para agarrar el juguete muy fácilmente, pero también para que resulte muy cómodo durante la estimulación de la vulva. Gracias a su aspecto, podemos colocarlo de diversas maneras hasta dar con aquella que nos funcione mejor. Por ejemplo, la marca recomienda colocar la boquilla sobre el clítoris y la zona con ondas debajo, para que vibre sobre los labios de la vulva.
También notamos que tiene un acabado muy suave. Está fabricado con silicona blanda y segura para el cuerpo que resulta muy agradable en contacto con la piel. Y, el hecho de que todo el juguete esté recubierto por esta silicona, hace que podamos estimularnos con sus diferentes ángulos y en diversas posiciones.
Tal vez, frente a otros succionadores, me ha parecido menos ligero. Sin embargo, durante el uso no me ha resultado pesado. También cabe destacar el tamaño de la boquilla, más bien pequeño, pero es adecuado para complacer una gran variedad de vulvas. La válvula que se mueve queda a uno o dos centímetros del clítoris, por lo que la estimulación está asegurada.
Resulta que Namii tiene dos maneras de estimular: con succión y con vibración. Ambas funciones se pueden utilizar por separado (solo succión o solo vibración) o en simultáneo para ofrecernos una sensación mucho más extensiva. La succión (ya sabes que utilizamos este concepto, pero en realidad no se succiona nada, se trata de un juego de aire) no se limita a estimular solo las terminaciones nerviosas del clítoris, sino que las ondas de placer reverberan por toda su extensión.
La potencia es adecuada en ambas funciones, que van de una intensidad baja para personas más sensibles a una más alta para quienes preferimos la potencia. Y lo mejor: a pesar de ello, es uno de los succionadores más silenciosos que he probado.
Podemos controlar la succión y la vibración con la interfaz de dos botones que, por cierto, son muy originales con esa forma orgánica que no había visto antes. Uno de ellos tiene un círculo y activa la succión, mientras que el otro tiene unas ondas y activa la vibración. Primero, tendremos que desbloquear el juguete pulsando ambos botones durante tres segundos y luego podremos explorar las diferentes opciones. Tenemos 5 intensidades de succión y 5 modos de vibración, los 3 primeros de vibración constante con diferentes intensidades y los 2 últimos son patrones de vibración. Así podemos crear varias combinaciones hasta dar con nuestra favorita. Pulsando los dos botones durante varios segundos activaremos el bloqueo viaje.
Masturbarse con Namii es uno de esos momentos experienciales de los que te hablaba al principio. Trasciende el orgasmo rápido y todo lo que envuelve al juguete nos invita a sentir, vivir y explorar nuestro placer con más presencia. La combinación de vibración y succión me ha parecido exquisita y me ha regalado orgasmos intensos, largos y muy trabajados.
Además, también podemos usar Namii en modo manos libres, y siempre que encuentro esta posibilidad en un juguete me encanta. Eso nos permite explorar nuestro propio cuerpo mientras el juguete hace su trabajo o explorar el de nuestra pareja, así que podemos darle uso también en compañía. También es ideal para recorrer el cuerpo de nuestre amante y estimularlo con las diferentes posibilidades que ofrece.
Pero también he descubierto una forma de masturbarme que me encanta: bocabajo. Debido a la forma y el volumen del juguete, resulta posible colocarse sobre él y estimularnos también con el movimiento de nuestras caderas. Vamos, una manera maravillosa de obtener placer si, como yo, te gusta sentir un contacto más directo y jugar con la presión.
Como puedes ver en las fotos, Namii también se puede mojar, y no solo con salpicaduras. Podemos llevárnoslo a la ducha o a la bañera para disfrutar de estas sensaciones en el medio acuático.
Te decía que este juguete trasciende el propio momento de masturbación, y lo hace de muchas maneras. Una de ellas es el modo de carga, que consiste en una base de carga que también sirve como iluminación de ambiente. O sea que tenemos nueva lámpara con nuestro Namii, ¿qué te parece?
El cable va conectado a la base de carga, donde colocaremos el juguete por la parte de la base (los botones). En la parte trasera de la base hay un botón con el que podemos activar o desactivar la luz (que parpadea lentamente mientras el juguete se carga), incluso si el juguete no está colocado. Namii requiere unas 2 horas de carga para 2 horas de placer en modos succión y 3 en vibración, que es bastante.
El packaging es otro de los elementos irresistibles de Namii, y es que, al fin y al cabo, es la carta de presentación de los productos y lo primero que vemos de ellos. El estuche es precioso, con un acabado holográfico en el nombre del producto. Ten en cuenta que te hablo de la edición limitada de Biird x Jouissance Club, una diseñadora que ha participado con las ilustraciones y una guía de placer que se incluye dentro.
El juguete viene estupendamente colocado, presentado y expuesto. En la caja encontramos unas ilustraciones preciosas con tips y algunos consejos sobre cómo usar Namii. Dentro también se incluye, además del juguete y la caja de carga, una bolsita para guardarlo, el cargador y varios regalitos: la bolsita de tela, una lámina ilustrada, una guía de placer, un colgante, un marcapáginas y varias pegatinas. Todo sigue la misma línea, el mismo propósito, y una se siente muy complacida al saber que cada uno de esos detalles pretende elevar la experiencia de placer de Namii.
Me gustaría hacer una mención especial a la guía de placer de Jüne Plã de Jouissance Club que va en la caja. Este librito ilustrado que se incluye en la edición limitada ofrece ilustraciones muy bonitas y varias ideas de cómo usar Namii más allá de las típicas posturas, tanto para vulvas como para penes y para distintas zonas del cuerpo. Y el marcapáginas dorado es mi nuevo objeto favorito, por supuesto.
Podemos encontrar Namii en varios colores: melocotón o lila en las ediciones habituales y este color menta para la edición limitada de Biird x Jouissance Club. Lo único que cambia entre las ediciones habituales y la limitada es el color y que en la limitada se incluyen varios detalles, como el colgante, el marcapáginas o la guía ilustrada. La diferencia de precio entre ambos es de 10 euros y, sinceramente, creo que vale la pena la edición limitada por todo lo que incluye de forma adicional. En cuanto al precio, Namii tiene un coste de un poco más de 100€ que considero razonables dada la calidad, la innovación y la tecnología de este estimulador.
En definitiva: Namii me ha parecido un estimulador muy refrescante por su concepto original, sus colores vibrantes y su forma impecable de dar placer. Sin lugar a dudas, cumple su función con creces y deleita nuestros sentidos con un packaging muy top y un diseño exquisito, perfecto para deleitarnos a nosotres mismes o para hacer un regalo de ensueño.
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