En el episodio 14:
Todavía nos duele la paliza que le dió el capitán Levi a Eren durante el juicio de este. Al final, el comandante supremo Zacklay decide enviar a Eren en misión al exterior con las tropas de reconocimiento.
Sin embargo, dicha misión debe prepararse con esmero y, mientras tanto, envían a Eren con las tropas de élite de Levi al antigua central, un castillo perdido en los bosques dentro de Muro Rose.
El cadete lo tiene claro, toda la gente que va con él están ahí para matarle en cualquier momento que se le vaya la pinza como titán. Pero como no parece que eso vaya a suceder pronto, se centran en cosas más importantes:
En la ciudad, Erwin y Mike tienen una cit-quiero decir, un encuentro en el despacho donde oímos al friki de los olores hablar por primera vez. Parece ser que en la misión exterior se van a llevar cadetes y no sólo es demasiado peligroso para gente sin preparación, si Erwin sigue callándose el plan B que obviamente tiene van a salir mal parados todos.
Lo mismo opinan las tropas de la unidad Levi mientras cenan esa noche. Eren les explica que el proceso de transformación ocurre cuando se mutila a sí mismo. Inmediatamente se da cuenta de que no sabe por qué sabe algo así. Y entonces llega la estrella de este episodio y la más friki de todo el atajo: Zoe Hanji.
Hanji es la alegría personificada en medio de tanta depresión. Tal vez la única dispuesta a acometer los experimentos en los dos titanes que capturaron en la misión de la roca con una sonrisa. Pero como ella es como es, en vez de hacerlo con espíritu científico, les habla y sufre con cada prueba que hace.
Para cuando ya está explicando eso toda la unidad Levi, él incluido, han puesto pies en polvorosa. Que Hanji se enrolla no es broma, la mitad del episodio es ella explicándonos cosas (bastante interesantes, por cierto) sobre los titanes: Tienen cuerdas vocales pero no hablan; Su cuerpo es extremadamente ligero (No podrían mantenerse en pie de otra forma); Necesitan la luz del sol para moverse (Aunque no sabemos si se “alimentan” de ella).
Para entonces lo que tiene a Eren flipando en colores no es el alud de información, si no la manera amorosa con la que Hanji habla de los titanes.
La realidad es, por supuesto, que Hanji los ha odiado durante décadas y matado con fruición. Pero en un alarde de originalidad, cree que cambiando cómo los mira conseguirá saber más sobre ellos y dar con la manera de acabar con la pesadilla. La conclusión del chaval, y de todas nosotras, es que los que llegan al título de “élite” son todos unos frikis con la olla un poco para allá de tanto vivir experiencias traumáticas. Eren comete el error de preguntarle más sobre sus experimentos a Hanji y le da la matraca fina lo que queda de noche.
Termina el episodio con la noticia de que los dos titanes capturados han sido destruidos por dos soldados desconocidos. Curiosa pregunta que le hace Erwin a Eren ante la escena del crimen:
¿Quién crees que es el enemigo?
Aunque Hanji mola mogollón y saber más de los titantes siempre es interesante, el episodio ha sido un poco rollazo. La primera mitad ha sido de relleno tan obviamente que ni los chistes continuos la han salvado demasiado. En el manga estos interludios son un respiro de alivio, pero cuando vas siguiendo el anime semana a semana no te hacen tanta falta. Es más, hasta te estorban de lo que es realmente importante.
Y sé que todas habéis sufrido la falta de Mikasa tanto como yo.