En este blog somos más yankees que Obama, y llevamos ya varios días preparando una de nuestras fiestas favoritas: Halloween. En mi caso me conformaré con comprar miles de caramelos para los niños de mi barrio y con fabricarme un disfraz lo más digno posible para el jueves noche, pero si la situación acompañara no habría nada que me gustara más que una visita a… La Casa Embrujada Lesbiana.
Todos los años grupos Evangelistas construyen casas encantadas para alertar de los peligros del aborto, la fornicación, el oculismo… ya sabéis. Y por supuesto, las relaciones homosexuales. Así que la artista Allyson Mitchell ha querido rendirles un homenaje en el Kill Joy’s Kastle.
Esta mansión está localizada en Toronto (como muchas de las cosas guays de esta vida, bendito Canadá), y nos ofrece, entre otras cosas, una atracción llamada ‘El Castrador’, como paradigma del sueño secreto de toda lesbiana: acabar con el poder masculino… de raiz.
También nos encontramos con una típica escena de amor sáfico entre una veterana de guerra con andador y una señora fundida con un sofá. No sé a vosotras, pero a mí me aterrra.
Como es sabido, a las lesbianas nos gustan los gatos, las panificadoras y hacer ganchillo. Así que qué mejor que esta estética reivindicación.
Durante el recorrido hay señales que nos previenen de los accidentes que se producen al pisar los penes seccionados de El Castrador. Que sea una casa encantada no quita para que sea segura.
Al salir, nos encontramos con la tienda, donde podremos comprarles recuerdos a nuestras amistades de este inolvidable viaje. ¿A quién no le va a gustar un bolso de bollera, o un parche que diga ‘Soy un espíritu cruel’?
Así que ya sabéis, si queréis una experiencia que os haga de verdad asustaros, pasad de las calabazas y los maratones de The Walking Dead: Kill Joy’s Kastle os congelará la sangre y, con un poco de suerte, os devolverá al recto camino de la heterosexualidad (esto sí que da miedo).
Vía: Boing Boing
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