Cuando, allá por febrero, Amazon nos presentó los pilotos correspondientes a la nueva temporada de su sistema de video on demand, ya supimos que con Transparent estábamos ante una piedra preciosa. Con solamente un episodio vimos que la historia iba a ser fascinante, así como el modo en que Jill Solloway nos la contaba. Jill había trabajado en A dos metros bajo tierra, una de las series capitales en la historia de la televisión, y el recuerdo estaba presente durante toda la season premiere. ¿Estarían los demás episodios al nivel?
Pues no sólo lo están, sino que la serie mejora. Transparent nos presenta la historia de Maura, que pasada la edad de jubilación decide dar el paso de transicionar de hombre a mujer. A su vez, su familia intenta, con todas las dificultades que esto conlleva, vivir. Si bien la historia central gira alrededor de Maura y su decisión, lo que marca todo un hito, porque pocas veces vemos transgéneros en la televisión, y menos en papeles protagonistas, el microcosmos que se desenvueve a partir de él, las historias de sus hijos, conforman un panorama de lo más interesante.
Sarah, la hija mayor, parece que tiene su vida construida. Esposa y madre, todo cambia el día que, oh sorpresa, se encuentra a su novia de la universidad, y abandona a su marido por ella. Pero esto no significa una felicidad instantánea: Sara tiene dudas, no está segura de lo que hace. ¿Será esto un enamoramiento pasajero? Pero aún así toma la determinación de seguir adelante, persiguiendo su propia felicidad al lado de Tammy. Ésta, por su parte, encadena matrimonios e hijos de un modo que no parece importarle mucho, sufriendo de ese mal conocido como monogamia en serie, lo que traducido a la vida real quiere decir monogamia hasta que me aburro. Tammy es impulsiva y entusiasta, y no parece preocuparle demasiado quién venga detrás recogiendo los platos rotos. Conforme avanza la temporada vemos a Sara un poco más desencantada con la relación, pero dispuesta a casarse con ella, con la esperanza de que eso mejorará todo. ¿Será cierto?
Me gustaría comentar aquí la increíble actuación de Melora Harding. Yo venía de conocerla en The Office, en un papel completamente diferente, y he alucinado con su representación de Tammy. No es la caracterización, no es que le hayan cortado el pelo y le hayan dicho ‘sé masculina’, es que si no me dicen que es ella, no me lo creo. Los gestos, las miradas, es todo nuevo. Nunca la había visto así, y me ha sorprendido muy gratamente.
Ali es la otra hija de Maura. Al parecer, es la niña grande de su padre, la que no quiere o sabe crecer, la que siempre tiene un nuevo y emocionante proyecto que nunca termina porque conlleva algún tipo de esfuerzo. La egoísta, la que no es capaz de ver lo más obvio. Pero a la vez, la única que se preocupa, por ejemplo, del marido de su madre, incluso más que ella. Es un alma sensible que tiene grandes dificultades para adaptarse a la vida que le ha tocado vivir, pero que tampoco tiene mucho interés en aprender a hacerlo, porque sabe que tiene un sostén detrás. Además, tiene también una relación muy extraña con su sexualidad, que tiene una gran importancia para ella. Como no puede ser de otro modo, intenta comprender la transición de su padre acostándose con un transgénero. Ali es especial, y parece que toda la familia lo tiene en mente.
En este elenco de personajes sexualmente fluidos no podemos pasar por alto a Syd, interpretada por una Carrie Brownstein que sabe elegir muy bien sus proyectos. Syd ha tenido relaciones con chicas y con chicos. Pero lo que más le perturba es la incapacidad de Ali, su mejor amiga, para darse cuenta de lo enamorada que ha estado siempre de ella. Syd es un personaje secundario, pero tiene la capacidad de articular diferentes partes de la historia, por lo que es clave para el transcurso de la misma.
Todos ellos, y más, asisten al cambio de Maura, que curiosamente es el único que estaba planeado desde el principio. En los flashbacks vemos, palpamos, la agonía, la lucha que siente. El cómo intenta timidamente abrirse a su esposa, el cómo busca a gente que sea como ella, lo cuesta arriba que se le hace todo durante años y años. Pero todo conduce a una decisión final, no dejan de ser unas curvas del camino. El resto de personajes no tiene esa hoja de ruta, sino que se deja llevar por los acontecimientos con mayor o menor acierto. Transparent no es una serie en la que pasen grandes cosas, no tiene unos puntos de tensión que te dejen clavada al sillón, pero ahí reside su encanto, en ser la hoja que baila al viento de los acontecimientos.
Transparent abarca todos los espectros del prisma LGBT sin despeinarse, sin hacer dramas mostrándonos también la cara menos amable: el marido que no entiende por qué su mujer se ha ido con otra; el hijo que no tolera que su padre se vista de mujer, quedándose sólo en la superficie; la que le ofende que su amiga sienta algo por ella. ¿Es entonces esta la serie LGBT definitiva? De momento, se le parece mucho.