Cuando Gotham hizo su aparición en nuestras pantallas, saltamos de alegría. Ya en el primer episodio los guionistas nos dejaron caer que Renee Montoya y Barbara Kean habían mantenido una relación sentimental en el pasado, antes de que Barbara conociera a Jim, que vivía ajeno a este hecho. De esto hace ya muchos episodios, en los que hemos atisbados momento croqueta más que agradables… pero provinientes de otro personaje, el interpretado por Jada Pinkett-Smith, la villana Fish Mooney. Pero de Barbara y renee… pues nada más se supo. Alguna conversación que meh, no decía mucho y parecía más un gancho que otra cosa, pero nada verdaderamente relevante para lo que hemos venido a buscar aquí, que es carnaza. CARNAZA. Con esto no quiero decir que la serie tenga mucho interés y esté muy bien, pero oye, yo quiero mi dosis de croquetismo prometida. Y parece que esta semana hemos tenido suerte.
En líneas generales, parece que Jim está tan ocupado en mantener a los delincuentes de Gotham a raya que está desocupándose de su novia, lo cual es un problema si tenemos a una ex novia por ahí dando vueltas y apareciendo misteriosamente en tu casa. En episodios pasados un villano secuestró a Barbara, lo que, oh sorpresa, Jim, que se sienta mucho más sola y desprotegida por momentos. Y con su novio echando cien horas semanales en la comisaria… pues al final pasa lo que tiene que pasar, que Barbara se ha cansado y lo ha dejado. Por nota, que siempre queda muy elegante, pero lo ha dejado porque no puede soportar más la soledad que la envuelve en Gotham, que por lo que nos muestran en la serie es una ciudad cero acogedora, una especie de Nueva York impersonal, oscuro y peligroso.
¿Y qué mejor sitio para refugiarse después de una crisis sentimental por abandono? Pues en brazos de alguien que, sea verdad o no (que yo creo que si, vaya), dice que te quiere, y con la que te sientes, al menos, segura. Así que Barbara, ni corta ni perezosa, se ha llevado el petate a casa de la agente Montoya, que para tener un sueldo de policía tiene un apartamento bastante lujoso, una botella de vino, y una cama grande y confortable en la que caben las dos.
Hay voces alzándose contra este comportamiento, diciendo que es una representación negativa de los bisexuales, perpetuando el estereotipo de promiscuidad que los envuelve. Pues… yo creo que no. El mundo de los sentimientos es complejo, y completamente personal. Barbara es bisexual, tiene una relación con Jim, y ahora parece que tiene un algo con Renee. Pero es con ellos en concreto, no creo que la imagen sea negativa en absoluto, simplemente son dos personas importantes en su vida, y casualmente son un hombre y una mujer. No veo el problema. Habrá que ver a donde nos lleva todo esto, si son fieles a las historias de las novelas gráficas, en las que Barbara se casa con Jim, innovan, o qué hacen. A mi me encantaría que nos contaran el pasado en común de estas dos, sobre todo para poder entender mejor porqué acude a Renee, y porqué la abandonó en primer lugar. La verdad es que este episodio ha despertado muchas preguntas, y ha hecho de Gotham una serie más interesante todavía. Bien hecho, guionistas, bien hecho.