De alguna manera, me encantaría no estar aquí esta noche. Ojala haya un día en el que las etiquetas que discriminan a la gente sean una cosa del pasado, y no tengamos que luchar por el permiso para amar a quien amemos.
Con estas palabras la actriz Maria Bello comenzaba su discurso de agradecimiento en los HRC Equality Award. La actriz, que abrió el debate sobre los modelos de familia alternativos a los ya conocidos homoparentales, monoparentales y heteroparentales, escribiendo una columna de opinión en un conocido periódico estadounidense a finales de 2013, en la que hablaba de cómo criaba a su hijo en compañía de su padre y su nueva pareja, una mujer, dio un discurso en el que aboga por, ya que el mundo se rige por etiquetas, hacerlas más inclusivas, más amplias, adueñarnos de los términos peyorativos, hacerlos nuestros, y resignificarlos hasta que nos identifiquen a todos, sin excepción. Solo entonces las etiquetas serán inútiles.
Maria Bello, quien acudió a la gala acompañada de Clare, su novia, contó que los medios se lanzaron a llamarla lesbiana y bisexual, cuando ella realmente no reduce nada al género, y simplemente ama a quien ama, y punto. Por eso no le importa ninguna de las etiquetas que le pongan, le da igual que la llamen “lo que sea”. Como anécdota, contó que la primera vez que tuvo un orgasmo fue con… una almohada, y se pregunta si entonces será almohadasexual. Habla también de que no se puede reducir todo al género, porque la cuestión circula en torno a la felicidad en si misma.
Finalmente, propuso incluir en las siglas LGBTQ al resto de identidades que no están albergadas en ese paraguas, como los asexuales, los transbisexuales, los género neutro, los “lo que sea” y los “¿por qué no?”. Porque, al fin y al cabo, el amor es el amor, y ¿quién se atreve a etiquetarlo?
Vía: Shewired