Ayer salió a la luz una de las noticias más emocionantes de lo que llevamos de año. Cate Blanchett, actriz con una carrera profesional más que reconocida, ganadora de premios Oscar, Globos de Oro, y no sé cuantos premios más, alabada por la crítica, con una película esperadísima a punto de estrenarse, y, en definitiva, sin ninguna necesidad de poner todavía más el foco sobre ella, reconoció en una entrevista que había mantenido muchas relaciones con mujeres.
Por otra parte, la cantante Miley Cyrus hacían unas declaraciones muy similares hace unos días. “He tenido novios y novias”. Miley es una provocadora, sí, pero estas declaraciones van acompañadas de la puesta en marcha de una iniciativa para ayudar a la parte de la comunidad LGBT que más difícil lo tiene, los adolescentes que son expulsados de su casa por su orentación sexual. Dos mujeres con perfiles muy distintos han declarado haber mantenido relaciones, relaciones serias hasta el punto de llamarlas novias, con mujeres. Y la gente duda de ellas. ¿Por qué?
Porque la bisexualidad, incluso dentro del colectivo LGBT sigue siendo vista como un punto intermedio, algún tipo de limbo en el que te quedas mientras decides si vas a compartir tu vida con un hombre o con una mujer, o incluso algo que dices para llamar la atención, pero sin comprometerte mucho. Solamente enseñar la patita. ¿Cómo va a ser Cate Blanchett bisexual, si lleva veinte años casada con su marido? ¿Y Miley? ¿Le has conocido novias a Miley? Lo dice para llamar la atención, porque ser bisexual está de moda. Ya, bueno.
Cada vez que una actriz o personaje público sale del armario como bisexual, tiene que defender su orientación sexual con uñas y dientes, incluso más que si declarara ser lesbiana. Cuando Ellen Page declaró públicamente “Hey, que soy gay”, nadie se atrevió a contradecirla: Dice que es lesbiana, será verdad. Cuando Evan Rachel Wood dijo que era bisexual, la opinión pública no fue tan complaciente. Si salía con un hombre, estaba claro que sus declaraciones solamente son provocaciones, algo para volver a estar en el candelero. Igual que Anna Paquin. O Amber Heard. O Angelina Jolie. O cualquiera de las bisexuales que se te puedan pasar por la cabeza.
Con Miley y Cate ha sucedido lo mismo. Se les resta valor a sus declaraciones, porque según el imaginario popular, las bisexuales pueden estar con hombres o mujeres según les convenga, y solamente por esta razón. Porque es muy fácil decir que te gustan las chicas mientras tienes la seguridad de un marido esperando en casa. Pues me temo que el juego no funciona así.
¿Por qué no se toma la bisexualidad en serio? La bisexualidad es un hecho, la bisexualidad existe. No es una fase intermedia, no es el banquillo en el que sentarse a esperar a ver qué te gusta más. Es una orientación sexual real. Si Cate Blanchett hubiese estado soltera y hubiese declarado que le gustaban las mujeres, hoy era portada de todos los periódicos, como lo fue Ellen Page. Pero tiene un marido y cuatro hijos, así que no es para tanto. Será que quiere publicitar Carol. Como si le hiciese falta.