El pasado viernes se estrenó a nivel mundial Freeheld, la película en la que Ellen Page y Julianne Moore interpretan a una pareja que, cuando una enferma y sabe que irremediablemente va a morir, lucha por tener los mismos derechos que si se tratara de una pareja heterosexual. La cinta está basada en un documental de 2007 que se granjeó el aplauso de público y crítica al contar de manera cruda y directa una injusticia que parece anacrónica, más propia de otra etapa de la historia. Pero, ¿y la película? ¿Es capaz de transmitir la misma fuerza que el documental? Pues… lamentablemente parece que no.
Nosotras no hemos podido ver la película todavía, ya que no se ha estrenado en VOD ni en salas de nuestro país, pero sí hemos podido leer las críticas de los medios especializados. La opinión es unánime: Las actrices hacen un gran trabajo, pero la historia pierde gas a partir del momento en que comienza la lucha, el que debería ser el verdadero motor de la acción.
“A medida que tenemos más protestas y más controversia, y más luchas en el fondo, Stacie y Laurel se difuminan en el fondo”, escribe Bilgi Eviri en Vulture. “Una posible pero en realidad nada inspiradora película acerca de un hecho relevante de los derechos LGBT que pierde de vista lo humano y se estanca en la política municipal y no logra encontrar una manera de dramatizar convincentemente una historia importante”, dice Rodrigo Pérez en Indiewire.
Pero quizá lo que más nos ha dolido es la crítica del New York Times, una crítica que hace hincapié en la falta de química de las actrices protagonistas.
Freeheld fracasa desde el casting hasta el guión y la dirección. Moore nunca encaja confortablemente en su papel junto a Page, apareciendo mejor y con más quçimica junto a Michael Shannon, que hace de Dane Wells, el compañero enamoriscado de laurel. La igualmente mal escogida actriz Ellen Page parece enferma todo el rato, aunque donde más en una escena de un garaje que no convence a nadie y que está dedicada a probar el brío y los músculos de Stacie. Es un fraacaso ver a Page y especialmente a Moore, quien en este punto de su carrera puede normalmente actuar a su manera sin caer en el cliché, tan mal en un guión genérico, acreditado a Ron Nyswaner, y por un director, Peter Sollett, que no es capaz de levantar a sus actores y al material sobre una escritura tan pésima.
Esto nos desinfla mucho, la verdad. teníamos unas expectativas altísimas con respecto a Freeheld, pensábamos que estábamos consiguiendo un hito en las películas lésbicas a la altura de las grandes películas del cine, sin importar el género, y parece que no. La estocada la pone Daniel Eagan en Film Journal.
Una historia tan inspiradora no debería parecer como si te estuvieran dando una medicina