Esther Morales ha decidido dar un vuelco a su vida: después de años de matrimonio vacío le ha pedido el divorcio a su marido, le ha plantado cara al líder de la comunidad de su partido y ahora le envuelve un aura de disidencia que le traerá enemigos y adeptos en su paso como alcaldesa en funciones de Móstoles. Mientras, Lara Badía ha vuelto a su labor de periodista, y parece que la calma vuelve a su intensa y convulsa vida. Pero solo será la calma que preceda a la tempestad, porque los caminos de Esther y Lara volverán a cruzarse: las elecciones de Móstoles están a la vuelta de la esquina, y tienen que preparar una campaña electoral sin precedentes para ambas mujeres.
Emma Mars ha vuelto a conseguir lo que ya se había perfilado en el primer volumen de Políticamente incorrectas: la escritora ha demostrado que se puede crear una obra con tramas potentes, cercanas y creíbles, en la que la orientación sexual de las protagonistas juega un papel trascendental a la par que se diluye en la vorágine de sucesos de toda la novela con una naturalidad aplastante. La serie Políticamente incorrectas, con una trama tan actual como los entresijos del nuevo panorama político, con un estilo pulcro y ameno, es uno de los mejores ejemplos de cómo la naturalidad empieza a ser el poso principal de las novelas con protagonistas lesbianas.
Políticamente incorrectas II también es la constatación de la grandeza de Emma Mars como escritora. Haber seguido de la mano con Esther y Lara, demostrar y descubrir su evolución a lo largo de los dos libros en lugar de haberse metido de lleno en una historia diametralmente nueva con personajes diferentes, deja patente su progreso como escritora. Y plasmar los pormenores de las campañas electorales, de esa relación simbiótica entre los políticos y los periodistas, pone en la palestra una realidad de la que solo nos muestran la superficie. Si El disputado voto del señor Cayo de Miguel Delibes supo captar la esencia de las primeras elecciones democráticas de España, Emma Mars ha sabido relatar la agitada realidad política que vive nuestra sociedad, y ha conseguido una de esas obras que, pasados los años, parecerá más una fiel crónica que una mera novela. Todo ello con dos grandes personajes, Esther y Lara, que, esperemos, podamos seguir viendo con algún cameo en los siguientes proyectos Emma.